Hay dos maneras de acudir este lunes a la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo de Sevilla: celebrando como una victoria que más de medio centenar de líderes mundiales apuestan por el multilateralismo, miran al Sur Global e intentan fijar bases para reformar la maltrecha financiación al desarrollo en un mundo de conflictos y recortes; o lamentando que la declaración final sea tibia, no responda a cuestiones urgentes como la crisis de deuda en los países de menos recursos y pueda tener escaso impacto, ya que Estados Unidos, el mayor donante del mundo, es el gran ausente de la reunión.
Seguir leyendo