La política en Colombia vive metida en una olla a presión, a la que Estados Unidos le sube la temperatura día a día. La campaña electoral del 2026, para elegir el sucesor de Gustavo Petro, estará marcada por el impacto de lo que ocurra en Venezuela y en las propias costas y selvas nacionales, ante la amenaza de Donald Trump de bombardear y mandar tropas que afecten la soberanía nacional y conviertan en un infierno la vida de millones de colombianos, en nombre de la guerra frontal contra el fentanilo y los carteles de las drogas.
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