“Después de 50 años de opresión y 13 años de crímenes, tiranía y desplazamiento (desde el inicio de la guerra civil en 2011) anunciamos hoy el fin de esta era oscura y el comienzo de una nueva era para Siria”, afirmó en su primer discurso Abu Mohamed al Jolani, el líder de la coalición rebelde islamista que derrocó el régimen de Bashar al Asad en Siria este domingo.
Para Al Jolani, “esta victoria marca el inicio de una nueva historia para toda la región”. De acuerdo con expertos, este grupo rebelde, que tiene sus orígenes en Al Qaeda y es considerado una organización terrorista por Estados Unidos y las Naciones Unidas, podría tener ambiciones mucho más allá de las fronteras sirias.
Las fuerzas del Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), que se convirtieron en el principal actor islamista en el país, han intentado en los últimos años moderar el discurso centrándose en la promoción de un Gobierno civil en su territorio. Como muestra, dicen que han cortado sus vínculos con Al Qaeda, aunque informes de la ONU advierten que aún hay comunicaciones entre ambos grupos.
Pero en medio de las expectativas que genera tener un nuevo vecino en los diferentes países de Oriente Medio, ciertas rivalidades pendientes llaman la atención para la región.
Israel y su complicada relación con Siria, ¿cómo actuarán los rebeldes?
En lo que respecta al límite suroccidente, con Israel, el Estado hebreo arrebató los Altos del Golán a Siria en 1967 y los anexó en 1981. Pese a que allí se estableció una línea de armisticio de 70 kilómetros que sería supervisada por ambos países en compañía de fuerzas de la ONU, como observadores, casi inmediatamente después de la tregua, Israel comenzó a colonizar el Golán.
Se calcula que hay más de 30 asentamientos judíos en esta zona, en los que viven unas 20.000 personas. Allí conviven con otros 20.000 sirios, la mayoría de ellos árabes drusos que no huyeron cuando los Altos del Golán fueron anexionados. Bajo el derecho internacional estos asentamientos se consideran ilegales, aunque Israel lo niega.
En la primera década del siglo XXI hubo intentos de mediación por parte del gobierno turco, incluso de la administración estadounidense de Barack Obama, pero el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, elegido en febrero de 2009, dijo que estaba decidido a adoptar una línea más dura sobre el Golán y, en junio de ese año, Siria aseguró que no había ningún socio para las conversaciones del lado israelí.
Este domingo 8 de diciembre, con la noticia de la caída del régimen de Asad, Netanyahu dijo que era “un día histórico en la historia del Medio Oriente”. En cierta medida puede celebrar que Irán perdió uno de sus bastiones más importantes en la región. La Siria de Al Asad formaba parte de la conexión entre los iraníes y Hezbolá, y era clave para la transferencia de armas y municiones al grupo.
Pero sin conocer las verdaderas intenciones del HTS, el mandatario israelí ordenó a los militares tomar la zona de amortiguación que separa los Altos del Golán. “No permitiremos que ninguna fuerza hostil se establezca en nuestra frontera”, dijo durante una visita que realizó a la región el mismo día.
De momento, Israel solo ha confirmado su presencia terrestre en la zona desmilitarizada, sin embargo, medios sirios denunciaron a lo largo de la tarde bombardeos de la aviación israelí contra varias ciudades al suroeste de Siria. En almacenes de armas en Suwaida, varias posiciones en la Gobernación de Daraa y la base de Mezzeh en Damasco. De hecho, este lunes, el canciller israelí confirmó que atacaron un depósito de armas químicas en suelo sirio.
Al contrario, este nuevo orden tendería a favorecer la estrategia israelí de expansión en Palestina o el Líbano
Las opiniones de los expertos sobre cómo podría afectar la llegada de esta facción islámica al Estado hebreo varían.
Para Mauricio Jaramillo, docente de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, es posible que se abra un nuevo frente de guerra en esta zona, ya que “Israel va a utilizar como excusa una posible incursión de estos rebeldes para definitivamente anexar los Altos del Golán”, explicó.
Sin embargo, Rafat Ghotme, docente de relaciones Internacionales de la Universidad Militar Nueva Granada, consideró que, bajo la premisa de que Israel “hizo las veces del ‘brazo armado de los rebeldes’ en Siria a través de una campaña de bombardeos contra objetivos iranies en territorio sirio (el caso más notable fue el asesinato de comandantes militares iraníes en el consulado iraní en Damasco, en abril)”, no habría motivos para pensar que estos rebeldes se constituyan en una amenaza para Israel. “Al contrario, este nuevo orden tendería a favorecer la estrategia israelí de expansión en Palestina o el Líbano”, dijo el docente.
¿Los rebeldes sirios estarían interesados en territorios iraquíes?
Del mismo modo, las eventuales tensiones en la frontera oriental, con Irak, tienen en alerta a los partidos gobernantes y los grupos armados musulmanes chiís que evalúan una intervención armada en Siria. Hasta ahora, las órdenes son defenderse, pero el jefe de la diplomacia iraquí, Fuad Husein, afirmó que no permitirán que su territorio se convierta en un escenario para resolver conflictos.
“Si hay algún ataque contra Irak, nos defenderemos y no permitiremos que ningún grupo o grupo militar cruce la frontera. Nadie cruza la frontera porque nuestra política es no intervenir en los asuntos sirios”, dijo Husein.
Jolani dijo en la misma entrevista con CNN que el único objetivo de la rebelión era ir detrás del gobierno de Al Asad, pero ciertas facciones gobernantes en Bagdad confían poco en esas afirmaciones.
“Este grupo es heredero del Estado Islámico y como principal reivindicación en la región del Levante eso implica una reivindicación territorial sobre Líbano, Siria e Irak. No hay ninguna razón para confiar que no tengan ambiciones sobre el territorio iraquí”, puntualizó Jaramillo.
Valga considerar que ese gran avance de los rebeldes del HTS en menos de dos semanas fue posible, en parte, al apoyo directo e indirecto de Turquía, con quien Siria comparte frontera al norte. De este modo, habría que analizar la autosuficiencia que puedan tener el nuevo poder en Siria.
Si hay algún ataque contra Irak, nos defenderemos y no permitiremos que ningún grupo o grupo militar cruce la frontera. Nadie cruza la frontera porque nuestra política es no intervenir en los asuntos sirios
Pese a que Ankara niega su implicación en el levantamiento y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se ha limitado a desear que la guerra termine “acorde a las exigencias legítimas del pueblo sirio”, según Sergio Castaño, coordinador del grado en Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de La Rioja, “hay que tener en cuenta que el Gobierno de Turquía es islamista y, aunque no apoye totalmente el islamismo radical y los grupos violentos, lógicamente es mucho más favorable a que haya en Siria un gobierno próximo a sus intereses”, dijo al diario 20 Minutos.
En una región tan convulsa, para ningún país sería favorable la caída de depósitos de armas químicas en manos de yihadistas o rebeldes islamistas, por ello Jaramillo consideró que “dependiendo del nivel de control que tengan los rebeldes sirios para convertirse en el poder de facto, el resto de las naciones vecinas deberá negociar con ellos”. Aunque, hay la opción de que Siria se convierta en un Estado fallido, como en el caso de Libia. “Que el resto de las milicias decidan repostar y se dé una guerra civil. En ese caso deberán cerrarle fronteras a Siria y eso sería catastrófico”, agregó el docente.