La suspensión temporal del acceso de Colombia a la Línea de Crédito Flexible del Fondo Monetario Internacional ha encendido las alarmas entre expertos económicos, quienes aseguran que el mercado y los grandes inversionistas le están pasando factura al país por los riesgos fiscales que no ha podido conjurar y, debido a esto, cada vez está siendo más caro el acceso a créditos.
Portafolio consultó a varios analistas, quienes dejaron claro que aunque el país no ha perdido formalmente el acceso, la medida agrava la percepción de riesgo, encarece el financiamiento externo y presiona la deuda interna, por lo que, sin un ajuste fiscal urgente, a futuro se podrían enfrentar mayores dificultades en los mercados internacionales.
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Dicho de forma simple, el Fondo Monetario Internacional no ha cancelado la Línea de Crédito Flexible que tiene Colombia, pero ha decidido suspender temporalmente su acceso pleno mientras concluye una revisión a fondo de las finanzas públicas del país, puesto que encontró señales preocupantes en el aumento del déficit fiscal, la deuda pública y el rezago presupuestal, por lo que exige medidas correctivas antes de renovar el respaldo completo y recuperar esta pérdida de confianza.
Esfuerzos fiscales
Luego del anuncio del FMI, en el Gobierno explicaron que esta ha sido una herramienta vigente para Colombia desde abril de 2009 y fue renovada en 2024 por un período de dos años. Y frente a las afirmaciones de que el acceso se habría perdido, el ministro Germán Ávila aclaró que “eso no es cierto” y que actualmente se desarrolla la evaluación intermedia pactada al momento de la renovación.
Es por esto que durante las reuniones sostenidas en Bogotá y Washington, se presentaron los planes fiscales del país y, según el Minhacienda, el equipo técnico del Fondo Monetario Internacional reconoció la resiliencia de Colombia en su manejo monetario, externo y fiscal, especialmente en ítems como el control de la inflación, la reducción del déficit en cuenta corriente, los esfuerzos para recuperar ingresos y racionalizar el gasto.
FMI – Fondo Monetario Internacional
EFE- Jim Lo Scalzo
Frente a esto, Andrés Langebaek, director ejecutivo Estudios Económicos en Grupo Bolívar, aclaró que por ahora se descarta la idea de que el país deje de recibir financiamiento para sacar adelante sus propuestas. Sin embargo, dicha financiación podría aumentar su costo en el futuro, dado que los riesgos son mayores.
“La consecuencia más importante no es que el país deje de recibir recursos, seguramente ese financiamiento sí lo obtendría, pero lo obtiene a tasas de interés más altas. Esa línea es un seguro, como lo ha dicho muchas veces el gerente del Banco de la República y nosotros hemos sido el único país del mundo que ha hecho uso de esa línea de crédito flexible en el gobierno del presidente Duque, con el fin de enfrentar los problemas relacionados con la pandemia y la escasez de recursos que se generaba para Colombia”, sostuvo.
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Esta movida, para Langebaek, tendrá sus impactos en el mercado local, puesto que al aumentar el riesgo, también se encarecerá la financiación por medio de TES, generando presiones fiscales que llevan al país hacia una salida en la que se ha insistido permanentemente, pero a la que el presidente Petro se muestra renuente: el recorte del gasto para esta vigencia y la que sigue.
“En el caso de que Colombia llegara a perder el acceso a esa línea, pues obviamente el país es más riesgoso, porque no puede acceder a ese seguro, como sí lo pudo hacer en la época del Covid. Entonces, tendríamos que pagar más tasas de interés más altas por la deuda que se contratara, en ausencia de esa línea de crédito flexible”. indicó.

Pesos colombianos
iStock
Campana de alerta
Otra visión frente a este hecho es la del Juan Camilo Restrepo, exministro de Hacienda, quien calificó como “preocupante” la decisión, destacando que se pierde, hasta nueva orden, una facilidad financiera que resulta crucial para afrontar posibles emergencias cambiarias o crediticias.
“Es preocupante, en primer término, porque nos queda suspendida hasta nueva orden una facilidad del FMI que resulta muy útil cuando se presenta alguna emergencia cambiaria o crediticia; y en segundo lugar porque los bancos internacionales y las agencias crediticias miran al Fondo como un referente que ahora está diciendo que la política fiscal colombiana va muy mal”, advirtió.
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Para Restrepo, la consecuencia inmediata será un incremento en los costos de financiamiento para Colombia, que ya enfrenta niveles elevados de tasas de interés y primas de riesgo.
Desde otra perspectiva, Jorge Restrepo, profesor de la Universidad Javeriana, recordó que la condición de revisión intermedia impuesta por el FMI no es nueva ni exclusiva de Colombia, pero enfatizó que el problema radica en no haber superado los riesgos fiscales que originaron esta situación.
“El problema y el origen de la preocupación está en la política fiscal, está en la situación fiscal que ha generado esa política fiscal por un exceso de gasto y una incapacidad de aumentar los ingresos según estaban presupuestados”, explicó Restrepo, quien también advirtió que la percepción de riesgo del país ya venía deteriorándose desde antes de la decisión este anuncio.

Germán Ávila – Ministro de Hacienda.
Cortesía – Minhacienda
Prueba de esto, desde su perspectiva, se observa en el alza de las tasas de interés de los títulos de deuda colombianos y el aumento en los credit default swaps (CDS), en los que “Colombia está llegando al límite en materia del costo de financiamiento”.
Por su parte, Henry Amorocho, profesor de la Universidad del Rosario, reconoció que hoy el panorama es diferente debido al deterioro de los principales indicadores fiscales y centró su atención en el hecho de que “el FMI identificó como preocupantes el déficit fiscal del 6,7% del PIB, el rezago presupuestal estimado en 48 billones de pesos y el nivel de deuda pública, que se acerca peligrosamente al ancla del 65% del PIB”.
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Amorocho subrayó la presión creciente que enfrenta la liquidez del Estado y recordó que “los depósitos del Gobierno en el Banco de la República están en niveles muy bajos, y eso ha disparado el costo de financiamiento interno”, al tiempo que recordó que, según sus cálculos, entre febrero y marzo las tasas promedio de los títulos de deuda pública aumentaron 80 puntos básicos, lo que refleja la creciente dificultad para obtener recursos baratos.
Así las cosas, para estos analistas, el camino a seguir es aprovechar la actual coyuntura para implementar ajustes serios en el gasto y mejorar la gestión tributaria y la revisión del FMI podría convertirse en una oportunidad para recuperar la confianza y fortalecer la estabilidad macroeconómica. De lo contrario, los riesgos fiscales seguirán acumulándose, afectando aún más el acceso a los mercados financieros internacionales.