El más reciente informe “Chief Economists Outlook” del Foro Económico Mundial expone una creciente preocupación por la fragilidad de la economía global. Basado en una encuesta realizada entre el 3 y el 17 de abril de 2025, el reporte recoge las perspectivas de economistas jefe de los sectores público y privado.
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“El estado de la economía global se debilitará considerablemente”, señalaron los expertos encuestados. Este deterioro, explican, está vinculado principalmente a cambios abruptos en la política comercial de Estados Unidos.
En abril, ese país anunció aumentos históricos en los aranceles de importación, imponiendo un 10% general y hasta un 145% a productos procedentes de China. La reacción inmediata incluyó turbulencias en los mercados financieros y represalias por parte de China, como la suspensión de exportaciones de minerales estratégicos.
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Aunque posteriormente ambos países acordaron una pausa de 90 días en la escalada arancelaria, los expertos sostienen que la incertidumbre persiste. “Las decisiones de política comercial de Estados Unidos son percibidas como un cambio estructural de largo plazo y no como una disrupción temporal”, indica el documento. El 79% de los encuestados comparte esta visión.
Crecimiento económico
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Los riesgos no se limitan a Estados Unidos. En Europa, aunque persiste un crecimiento débil, se observan señales de recuperación impulsadas por políticas fiscales más expansivas, especialmente en Alemania, donde se han flexibilizado las reglas fiscales constitucionales.
En China, en tanto, la meta de crecimiento del 5% es objeto de escepticismo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado sus proyecciones al 4%, debido a factores internos y externos que afectan la demanda y el dinamismo del sector inmobiliario.
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En América Latina, la situación es igualmente desafiante. La región experimenta una desaceleración, con una expectativa de crecimiento del 2% para 2025, frente al 2,4% del año anterior.
“El endurecimiento de las condiciones financieras globales y la menor demanda de los principales socios comerciales están afectando la inversión y la confianza del consumidor”, señala el informe. En este contexto, la política fiscal permanece restringida y más de la mitad de los economistas anticipan que se mantendrá sin cambios durante el año. A pesar de la moderación de la inflación en algunos países, un 38% prevé que ésta continuará siendo alta.
Comercio exterior
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Fragmentación geoeconómica
El informe también destaca la creciente fragmentación geoeconómica. El 98% de los economistas considera que esta se acelerará en lo que resta del año, mientras que el 94% anticipa que el nacionalismo económico influirá cada vez más en las decisiones de política.
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Esta situación ha llevado a una paralización en la toma de decisiones empresariales. El 87% de los expertos cree que las compañías están postergando inversiones estratégicas, reorganizando sus cadenas de suministro y diversificando operaciones para reducir riesgos.
La incertidumbre se ha convertido en un rasgo estructural de la economía global, pues más del 80% de los encuestados la califican como “muy alta” y solo una leve mayoría espera que se reduzca en el próximo año. Las áreas más afectadas, según los economistas jefe, serán el comercio, el crecimiento del PIB y la inversión extranjera directa.
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IA.
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Integración de la inteligencia artificial
En medio de este escenario, la inteligencia artificial (IA) emerge como un factor de doble filo. Mientras que un 45% espera que sea disruptiva en 2025, el 81% cree que puede aportar entre 1 y 10 puntos porcentuales al crecimiento global en la próxima década.
No obstante, su efecto sobre el empleo es incierto: un 47% anticipa pérdidas netas de puestos de trabajo, mientras que solo el 19% espera ganancias netas. Las áreas más prometedoras son la automatización de tareas y la aceleración de la innovación.
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“AI puede convertirse en el motor principal de la innovación económica si se logra canalizar adecuadamente”, indica el informe, que también alerta sobre los riesgos asociados, como la concentración del poder de mercado, el desempleo, el aumento de la desigualdad y la desinformación.
Frente a estos desafíos, tanto gobiernos como empresas deben prepararse para integrar la IA en sus operaciones. El 89% de los economistas sostiene que es clave invertir en infraestructura de IA, mientras que el 75% ve necesaria la inversión pública en capacitación y reconversión laboral. A nivel empresarial, las prioridades incluyen rediseñar procesos, mejorar la infraestructura de datos y fortalecer la ciberseguridad.
A pesar de los riesgos, la IA podría representar una oportunidad única de crecimiento, si se alinea con estrategias adaptativas ante la fragmentación global. “La coordinación entre la innovación tecnológica y la comprensión del entorno económico es fundamental para garantizar la resiliencia”, concluyen.
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