Carlos Alcaraz ya no necesita presentación. Con tan solo 22 años, el tenista murciano se ha consagrado como una de las figuras más relevantes del deporte mundial, escribiendo su nombre junto al de los más grandes del tenis. Su triunfo este domingo en Roland Garros, el segundo en este prestigioso torneo francés, le ha permitido sumar ya cinco títulos de Grand Slam, una cifra que impresiona aún más si se considera que lo ha logrado a la misma edad y el mismo día que lo hizo Rafa Nadal en su momento. Una comparación inevitable, aunque Alcaraz parece forjar su propia historia a pasos agigantados.
La actual temporada, marcada por altibajos en sus primeros torneos, ha terminado de forma brillante sobre la tierra batida. El joven ha logrado levantar el trofeo en Montecarlo y Roma, y llegó a la final del Conde de Godó, donde una lesión en el aductor le impidió seguir su racha en el Mutua Madrid Open. Sin embargo, en París ha firmado una de las mejores finales vistas sobre arcilla en los últimos tiempos. Su victoria no solo le reafirma como un titán del tenis, sino que también le coloca por delante de su gran rival generacional, el italiano Jannik Sinner.
Fuera de la pista, la trayectoria de Alcaraz también es de vértigo. Según la revista Forbes, ha acumulado casi 45 millones de euros en premios, una cifra solo al alcance de la élite del deporte. Roland Garros 2025 le ha reportado 2,55 millones de euros más, y sus siete Masters 1000 evidencian una regularidad inusitada para alguien de su edad. Su mejor año en cuanto a torneos fue 2023, cuando conquistó seis títulos en apenas siete meses.
Pero sus ingresos van mucho más allá de lo que se gana sobre el cemento o la arcilla. Carlos ha sabido capitalizar su imagen de joven humilde, talentoso y disciplinado. Su participación en eventos especiales, como el Grand Slam de Netflix frente a Nadal en Las Vegas, le reportó un millón de euros y mostró su capacidad para conectar con el gran público. Además, el documental Carlos Alcaraz: A mi manera, estrenado en abril en la plataforma, ha permitido conocer facetas más íntimas de su vida.
Imagen de primeras marcas
Las firmas no han tardado en convertirle en uno de sus rostros principales. Nike, Babolat, Rolex, Isdin, Louis Vuitton, BMW y Calvin Klein están entre sus principales patrocinadores. Algunos de estos acuerdos datan de cuando aún era una promesa de 16 años, lo que demuestra la confianza que depositaron en su proyección. Hoy, Alcaraz es un fenómeno de masas, con más de cinco millones de seguidores en Instagram y una imagen que cotiza al alza tanto en el deporte como en la publicidad.
En lo personal, el murciano mantiene los pies en la tierra. Divide su tiempo entre su pueblo natal, El Palmar, y Villena, en Alicante. Según informa MiCasaRevista, reside en una cabaña de madera de 90 metros cuadrados ubicada dentro de la academia Equelite, dirigida por su entrenador Juan Carlos Ferrero. A pesar de su estatus de estrella, sigue rodeado de su familia y su equipo técnico, que viajan con él a lo largo del circuito: preparadores físicos, fisioterapeutas, médicos y psicólogos forman parte de su entorno más cercano.
Un patrimonio envidiable
Sus padres, además de haber sido piezas clave en su formación, continúan gestionando su fortuna, tal y como explica La Voz de Galicia. No obstante, el joven ya ha dado sus primeros pasos en el mundo empresarial. En 2023 creó Garfia Properties SL, centrada en inversiones inmobiliarias, y Garfia Valores, desde la que canaliza su participación como socio único. Un enfoque serio y planificado para asegurarse un futuro más allá de la raqueta.
Aficionado a deportes como el golf, la pesca o el ajedrez, también se le ha visto disfrutar de la vida social, celebrando títulos en lugares de moda como el restaurante Zielou en Madrid o en Ushuaïa de Ibiza junto a amigos como Sergio Reguilón o Lucas Vázquez. Pero más allá de las fiestas o la gastronomía, Alcaraz sigue siendo el mismo chico sencillo que firmó un “¡Viva Murcia!” en la lente de la cámara tras ganar en la Caja Mágica.