La venta de bebidas alcohólicas falsificadas, sobre todo de botellas de vino, causa en España 380 millones de euros en pérdidas económicas y la destrucción de 1.100 empleos anuales. Así consta en los datos que maneja la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), que ha lanzado una campaña en la que denuncia “el impacto negativo que las falsificaciones tienen sobre la economía europea y su patrimonio gastronómico”. Y que alerta, además, de que este tipo de productos suponen un riesgo para la salud de los consumidores y que financian redes de crimen organizado dedicadas a actividades como el tráfico de drogas o incluso el terrorismo, subrayan fuentes de la EUIPO.
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