Las temperaturas vuelven a alcanzar máximos que ponen al límite a la ciudadanía. Vuelven las noches al fresco, los termómetros que rozan y superan los 40 grados centígrados y con ello, las soluciones improvisadas para hacer frente al sofocante calor. Un centro de culto improvisado este año para soportar el calor son los espejos de agua del parque de Glòries de Barcelona. Pese a las advertencias del Ayuntamiento, el lugar se llena de niños a diario que se bañan en un agua no apta para ello porque es recirculada. El Consistorio, consciente de la situación, reforzó la señalización y desplegó una campaña de informadores que por ahora no ha tenido el impacto esperado.
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