En las próximas semanas, una porción del futuro mexicano será definido en los tribunales estadounidenses. Estos hechos no pasan por la aceptación o por el rechazo de posiciones nacionalistas o antipatrióticas. Es un asunto de mera facticidad jurídica que romperá el modus vivendi que dio lugar a varios acomodos. La interesada reducción de las delincuencias al sicariato y a las violencias para dejar de lado las redes que las posibilitaban y protegían. Los intentos por distinguir entre las pulcras y enjundiosas actuaciones públicas encargadas de combatir a las delincuencias respecto de las delincuencias mismas. Los amenazantes pronunciamientos y las eventuales acciones de agencias estadounidenses necesitadas de administrar, simultáneamente, fenómenos delictivos, relaciones comerciales y crecientes flujos migratorios.
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