Un estudio reciente advierte que limitar la ingesta de alimentos a sólo ocho horas al día puede estar asociado con un 135 % más de riesgo de muerte por enfermedades del corazón y vasos sanguíneos, en comparación con quienes comen durante 12 a 14 horas diarias. Los hallazgos se suman a preocupaciones previas y reclaman prudencia en la adopción de patrones alimenticios tan restrictivos.
Ayuno intermitente con ventana de 8 horas relacionado con un aumento de hasta 135 % en muertes por causas cardiovasculares
