En Colombia, las festividades de diciembre son el momento más esperado del año, cuando las tradiciones culturales y gastronómicas se convierten en el centro de las celebraciones familiares.
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En este contexto, el pollo emerge como uno de los ingredientes más demandados en los hogares colombianos, siendo esencial en platos típicos como el ajiaco, los tamales y el sancocho.
Además, esta proteína sigue ganando popularidad en los canales modernos, reflejando una adaptación a las tendencias contemporáneas sin perder su raíz tradicional. El mes de diciembre representa un periodo clave para la industria de las proteínas en Colombia, con un aumento aproximado del 8% en
la demanda de pollo comparado con otros meses pico del año.
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Este incremento está directamente relacionado con las festividades y las reuniones sociales que caracterizan la época. Para atender esta necesidad, Cargill, ha implementado una estrategia que combina flexibilidad operativa con tecnología de punta, garantizando el abastecimiento a nivel nacional.
La operación de Cargill en Colombia se sustenta en tres nodos productivos ubicados estratégicamente en Valle del Cauca, Santander y la costa Caribe. Estas plantas gestionan portafolios adaptados a las necesidades locales, permitiendo una distribución eficiente durante los picos de demanda.
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“En diciembre, no solo enfrentamos el reto de aumentar la producción, sino también de asegurar una distribución efectiva. Los inventarios planificados con antelación son esenciales para garantizar el suministro”, afirma Carolina Hernández, gerente de planeación en Colombia.
Durante la temporada navideña, regiones como el centro del país, con Bogotá como epicentro, y el occidente, donde Cali destaca, registran los mayores índices de consumo de pollo. En estas áreas, el vínculo entre los productos tradicionales y las costumbres familiares fortalece la conexión entre consumidores y alimentos, haciendo del pollo un protagonista indiscutible en las mesas colombianas.
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Sostenibilidad y el bienestar animal
El compromiso de Cargill con la seguridad alimentaria y la sostenibilidad se refleja en el diseño de sus granjas, reconocidas por su tecnología avanzada que asegura condiciones óptimas para las aves. Estas prácticas no solo garantizan la inocuidad de los alimentos, sino que también promueven un sistema alimentario resiliente y responsable.
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“Durante diciembre, trabajamos rigurosamente en las áreas productivas, de planificación y comerciales para comprender las necesidades del mercado. Nuestro compromiso se centra en nutrir al mundo de manera segura, responsable y sostenible, priorizando el bienestar de las personas y fortaleciendo la resiliencia de nuestras cadenas de suministro”, enfatiza Carolina Hernández.