La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca a partir de este 20 de enero es causa de mucha inquietud para miles de colombianos que viven en Estados Unidos, entre ellos más de 800.000 personas indocumentadas que están en la primera línea de los planes de deportación del presidente republicano.
De acuerdo con el embajador en Washington, Daniel García-Peña, el Gobierno de Colombia ya se prepara para las posibles consecuencias que tendrán esas políticas en la comunidad.
Según García-Peña, la embajada viene coordinando con los 12 consulados que tiene el país en EE. UU. para hacer frente a la situación y como parte de una política exterior que prioriza la protección de los derechos de la diáspora.
“Los equipos consulares se están preparando ante una posible política migratoria restrictiva para reforzar sus capacidades en asesoría jurídica y asistencia social. Estas acciones buscan mitigar la incertidumbre que ha generado la información de público conocimiento, y brindar apoyo efectivo, especialmente a quienes se encuentran en situación migratoria irregular”, le dijo el embajador a EL TIEMPO.
Además, sostiene que se ha comenzado a divulgar información para que los connacionales conozcan sus derechos y sepan cómo actuar.
Los equipos consulares se están preparando ante una posible política migratoria restrictiva para reforzar sus capacidades en asesoría jurídica y asistencia social
Daniel garcía-peñaEmbajador de Colombia en EE. UU.
“También hacemos énfasis en la importancia de acudir a los consulados como fuentes oficiales de orientación, previniendo así acciones fraudulentas. Trabajamos en alianza con otras embajadas latinoamericanas para fortalecer la red de cooperación consular, lo que nos permite ofrecer una asistencia más amplia y efectiva en el marco del derecho internacional y las leyes locales. Nuestro compromiso es claro: asistir a los colombianos y garantizar el respeto por sus derechos”, le dijo el embajador a este diario.
Según García-Peña, si bien es cierto que hay casi un millón de colombianos en una situación irregular en Estados Unidos, estos representan un porcentaje mínimo con relación a los más de 11 millones de indocumentados que se estima hay en el país.
Ya en términos más generales, y en vista de que los planes migratorios de Trump prevén un período de tensión con países que sirven de tránsito para las miles de personas que van rumbo a EE. UU. (como Colombia), García-Peña insiste en que quieren ser vistos como parte de la solución y no del problema.
“Colombia y Estados Unidos han construido una alianza estratégica de carácter bipartidista, trabajando con demócratas y republicanos que reconocen a Colombia como parte de la solución y no del problema. Mantendremos ese mismo abordaje bipartidista con el nuevo congreso y la nueva administración siempre defendiendo los intereses nacionales”, sostiene el diplomático.
Hacemos énfasis en la importancia de acudir a los consulados como fuentes oficiales de orientación
Daniel García-PeñaEmbajador de Colombia en EE: UU.
Para García-Peña, la mejor medida para evitar la inmigración irregular es, precisamente, continuar fortaleciendo la cooperación bilateral.
“Colombia y Estados Unidos han tenido una relación de cooperación en el abordaje de la migración regional desde 2017, y como resultado se ha logrado que programas de regularización migratoria e integración de migrantes continúen hoy. Esta cooperación ha permitido que Colombia acoja a alrededor de 3 millones de migrantes venezolanos y que, a través de esa política de acogida, no se vean tentados a migrar a Estados Unidos. Además, gracias a la cooperación tripartita entre Colombia, Estados Unidos y Panamá, en relación con la región del Darién los números han venido descendiendo”, dice el embajador.
Nuestro compromiso es claro: asistir a los colombianos y garantizar el respeto por sus derechos
Daniel garcía-peñaEmbajador de Colombia en EE. UU.
El Tapón del Darién, particularmente, es visto como un probable foco de desencuentro con la nueva administración republicana, pues es una de las rutas preferidas que vienen usando, venezolanos, colombianos y otros en su travesía hacia Estados Unidos.
SERGIO GÓMEZ MASERI – Corresponsal de EL TIEMPO – Washington