Los rápidos avances de la tecnología, que presentan uno tras otro nuevos modelos de distintos aparatos, muchas veces llevan a pensar que hay que cambiar rápidamente de equipo electrónico; y si bien es cierto que con el tiempo dejan de llegar actualizaciones o se desgastan los componentes externos, también es posible darle una nueva vida a aparatos como los televisores.
La vida útil de estos electrodomésticos es de varios años, pero desde hace un tiempo la tendencia es que sean inteligentes (smart TV) y se conecten a internet para permitir ver series o películas por streaming, por ejemplo. De hecho, análisis como el de Inkscape han encontrado, al menos en el primer trimestre de 2024 en EE. UU., que el 58 % de los usuarios de smart TV solo los usan para streaming y no ven contenido por cable, satélite o antena aérea.
Pero sea que tenga un televisor más viejo, o uno inteligente pero que ya no está recibiendo actualizaciones, puede seguirlos aprovechando usando dispositivos como los smart TV box: pequeños aparatos que se conectan a la tele para brindar la experiencia de un smart TV, con la posibilidad de acceder a contenido en línea. Esta es una guía de lo que debe tener en cuenta a la hora de elegir uno de estos dispositivos.
Características del hardware
Los smart TV box toman su nombre porque muchos parecen pequeñas ‘cajas’ que se conectan al televisor usando un cable, aunque también hay dispositivos más compactos, llamados dongle –llaves electrónicas– o sticks, los cuales se conectan directamente al televisor. En ambos formatos, deben enlazarse a internet y conectarse a la corriente eléctrica.
En el caso de las cajas, como las de Roku o Apple TV–dos de las más conocidas–, estas requieren de un espacio al lado o debajo del TV y, como son cableadas, estos cables serán visibles. Los sticks y dongles, como el Google Chromecast o el Fire TV Stick –también de los más comercializados–, quedan menos visibles, por lo general detrás del televisor, aunque también tienen un cable para conectarse a la corriente.
Otra diferencia es que las cajas, como son más grandes, suelen tener puertos USB o micro SD –para usar memorias externas– y puerto Ethernet, que ofrece la posibilidad de conectarse a internet directamente desde el módem y no únicamente por Wi-Fi. Los formatos más compactos por lo general no tienen ningún otro puerto ni se pueden cablear al módem.
Sistema operativo y certificaciones
Al momento de adquirir uno de estos aparatos, es importante fijarse en su sistema operativo y en las certificaciones que tiene. En cuanto a lo primero, los más comunes son el Android TV –en los últimos modelos llamado Google TV–, diseñado por Google; el tvOS, que está basado en el iOS de Apple; el Fire OS, que usa el Fire TV de Amazon; y el Roku OS, de los dispositivos Roku. Lo importante es elegir un sistema operativo con respaldo y en el que el fabricante proporcione actualizaciones periódicas.
Frente a las certificaciones, estas son importantes para la usabilidad del producto, ya que son una especie de sello que garantiza que determinadas aplicaciones sean compatibles y puedan funcionar correctamente en el smart TV box. Por eso, a la hora de elegir un dispositivo, fíjese en que tenga certificaciones de Google, Netflix, Disney +, por citar algunos ejemplos, que permitan su uso. La información sobre la certificación o no del dispositivo suele estar visible en la caja o en la descripción de las características del aparato.
Requisitos en cuanto a memoria RAM y almacenamiento
Otro punto a tener en cuenta tiene que ver con la memoria RAM y la capacidad de almacenamiento de los aparatos. Conforme descargue aplicaciones, el almacenamiento interno se irá llenando, y esto se suma a que el mismo sistema operativo de los dispositivos ocupa parte de ese espacio. Por eso, antes de comprar un smart TV box, conviene preguntarse sobre el uso que planea darle y si requerirá descargar muchas aplicaciones, o si las que va a usar son muy pesadas.
El almacenamiento interno es variable, hay modelos que ofrecen 8, 16, 32 o 64 GB; además, en el caso de los dispositivos de formato ‘caja’, es posible que tengan una entrada para tarjetas micro SD, con lo cual se puede ampliar de forma externa dicha capacidad.
De otro lado, la memoria RAM también juega un papel importante, pues es la que almacena temporalmente los datos que un programa necesita para funcionar. Entre mayor sea la RAM, mejor rendimiento tendrá el dispositivo, pero tenga en cuenta que esta memoria, a diferencia del almacenamiento interno, viene en magnitudes más pequeñas, es decir, de 2 o 4 GB, que es lo más usual para los usos básicos. En todo caso, los smart TV box no usan memorias RAM mucho más grandes, por lo cual desconfíe de un dispositivo que ofrezca una RAM de 64 GB, por ejemplo, porque probablemente es mentira.
¿Sirven para todos los televisores?
Si bien se puede convertir un televisor ‘viejo’ en uno smart, hay que tener en cuenta que los que son muy antiguos pueden no contar con el punto de conexión necesario, que es el HDMI. Así que esto es lo primero a verificar, ya que los smart TV box se conectan a ese puerto bien sea directamente (cuando son en formato stick o dongle) o a través de un cable que conecte el dispositivo con el televisor.
Sumado al hecho de que estos aparatos necesitan una conexión a internet, debe saber que estos dispositivos funcionan descargando aplicaciones que luego se reproducen en pantalla y muchas de esas aplicaciones requieren, como mínimo, un registro, y la mayoría de las de streaming, una suscripción paga.
En ese sentido, si bien un smart TV box le permitirá tener en su televisor plataformas como Netflix, Disney +, Youtube, Spotify y otras, para acceder a los contenidos, es decir, para ver películas o escuchar música, debe pagar a esas compañías la suscripción, de lo contrario, aunque tenga la app descargada, no podrá usarla.
Resolución y calidad de audio
En cuanto a la calidad de audio e imagen, estas varían entre los modelos, pero la mayoría ofrecerá como mínimo una resolución HD o Full HD, aunque otras pueden llegar a 4K.
Es importante entender que si bien un smart TV box que ofrezca 4K puede ser llamativo, si el televisor con el cual se usará no tiene esa misma resolución, no podrá reproducir contenidos en esa calidad. Es decir, si no tiene un televisor 4K ni planes de adquirirlo, no le será útil tener un smart TV box con esa resolución, que además puede ser más costoso.
Frente al audio opera una lógica similar. Los dispositivos reproducirán sonido en los mismos parlantes que use el televisor, sean los que vienen integrados o bocinas externas. Así, si en el lugar donde se usará el smart TV box hay un sistema de sonido envolvente o piensa tenerlo en el futuro, es importante que verifique que el aparato sea compatible con la tecnología Dolby Atmos para conectarse a un sistema de audio como ese.
REDACCIÓN DOMINGO