‘La Patrona del Vallenato’ es el apodo por el que se conoce a Karen Lizarazo, una cantante que empezó su carrera artística cuando tenía tan solo 14 años. Su primera vez en un escenario fue ante 5.000 personas en el municipio de Cantagallo al sur de Bolívar, abriendo el concierto de Farid Ortiz, considerado uno de los principales intérpretes ese género musical.
Aunque en su momento las dudas la invadían por no saber aspectos referentes a las presentaciones en tarima, tales como, el uso del micrófono, la relación que podría llegar a tener con el público e incluso si debía o no hablar entre canciones, Karen tenía claro que era su momento de darse a conocer o, como dice ella, “coger cancha”, para más adelante, estar en grandes escenarios cantando la música de su tierra (Aguachica, Cesar).
Con el pasar de los años, ‘La Patrona del Vallenato’ se empezó a dar a conocer en la industria musical, mientras alternaba esta pasión con el estudio. Es por esto que su juventud se fue dando entre conciertos y su carrera como abogada. “Yo era la artista, pero también era la abogada del artista”, comenta. Por supuesto, siempre tuvo el apoyo de su familia tanto en la música como en la universidad, pero como en todo, había una condición: si le iba bien en clases, su papá, a manera de ‘premio’, la apoyaba cada vez más en la música; razón por la cual Karen siempre obtuvo buenas calificaciones.
Yo era la artista, pero también era la abogada del artista
La música siempre hizo parte de su vida. Por parte de su abuela, aprendió sobre Julio Jaramillo, las rancheras, los boleros y los tangos. Su padre, un caleño, la llevó por el camino de la salsa y Diomedes Díaz; y su madre, de origen ocañero, le enseñó la música de planchar y de las Hermanitas Calle. Se podría decir que creció en un ambiente lleno de fusiones que la llevaron a ser la artista que es hoy, una cantante que ha fusionado el vallenato con diversos géneros musicales.
¿Por qué la Patrona del Vallenato?
Hubo un momento en donde las mujeres estuvimos muy huérfanas en el vallenato femenino porque no teníamos una representante. Y llegué yo, pero llegué, digamos, con el chip de empoderar a las mujeres, de no vernos como la mujer que cantaba con letras débiles o un show de pronto muy tranquilo (…) vamos por 50-50, la mitad de los hombres, la mitad de las mujeres, se acaba el machismo, llegamos como con un empoderamiento, no malo, sino con una fuerza especial. Simplemente estaba abriéndole una gira a Jorge Celedón por Europa, y un periodista de Madrid me vio en el escenario, habló conmigo y tituló el artículo “Karen Lizarazo, la Patrona del Vallenato”; así me quedé y así la gente me empezó a llamar. Y no creo quitarme ese slogan, porque creo que hace parte de mi vida musical. Y, de hecho, hay artistas que les cuesta mucho ponerse como un apodo y este ni siquiera me lo puse yo, me lo puso el pueblo.
En ese sentido, ¿cómo ve a la mujer en el vallenato actualmente?
Siento que cada artista tiene su estilo, sus raíces, su manera de ver la música, de ver el vallenato, de quererlo transmitir, dependiendo de lo que vive diariamente cada chica que hace el vallenato. Entonces, digamos que, en mi caso, a mí todo lo que hacen todas las chicas me encanta; a mí me parece que es espectacular. Yo trato como de hacer un 360. Hay chicas que se enfocan en hacer covers; yo también viví eso, pero ahorita estoy en el mood de hacer música propia, para que me conozcan con mi propia música. Ya quiero tener mi propio catálogo, que me recuerden por mi propia música. Digamos que todo depende de la vida que llevan, pero al final me gusta lo que hacen todas, porque a mí me costó, por ejemplo, mucho abrir, después de Patricia Teherán y Adriana Lucía, empujar ese portón del machismo, y hoy en día tenerlo abierto. Me daría mucho dolor que las chicas que están haciendo vallenato tiren la toalla, se aburran, se entristezcan o cuelguen los guayos y digan: “No, yo no voy a hacer más música”, porque al final las niñas que están ahorita, que son más jóvenes que yo, son las que van a seguir con el legado que todas estamos tratando de dejar. No dejen cerrar esa puerta, porque nos ha costado mucho abrirla.
¿Cómo se ha abierto paso en el mundo del vallenato?
Bueno, yo pienso que mostrando ante el mundo una cara en Lizarazo, un poquito irreverente, hablándolo en el sentido positivo, atrevida, que me arriesgo. Yo lancé una canción en colaboración con Luis Alfonso, entonces no me pongo la barrera, ni me pongo esos límites musicales, de que tiene que ser vallenato 100%, sino que me abro a que otro artista, otro género musical, pueda entrar a mi música, yo pueda entrar a la de ellos, y siento que eso es lo que quiero. Esa huella es la que quiero dejar en muchas chicas. Lo que estoy tratando de hacer es también empoderar a todas las mujeres que de pronto callan muchas cosas, y que digan: ” Por medio de la música de Karen, pude expresar lo que nunca pude decir”.
Además, se debe estar innovando…
Sí, siento que hay algo muy positivo en lo que hacemos, y es que la gente recuerda mucho. Cuando le hablan de Karen Lizarazo, enseguida piensan en el show que hace Karen Lizarazo en Tarima. Entonces siento que haberme inclinado por siempre a hacer un gran show en el escenario, como la coreografía, como ser muy showwoman, por decir así, eso también hace que la gente me recuerde bonito, y digan que es chévere inspirarse, no por mí, sino por ese tipo de artistas que respetan al público en un escenario, y hacen que la plata y la boleta valgan la pena.
¿Qué tal fue la fusión con Luis Alfonso y la música regional?
No, pues un sueño hecho realidad. Es como que el pago, por parte de la vida y de Dios, a mucho trabajo, es como la recompensa a nunca dejarlo intentar. Es el fruto de tanta siembra, de tantos años, porque hemos sembrado hace muchos años.
Hasta hoy, ¿qué ha sido lo más experimental que ha hecho en su carrera?
Bueno, yo creo que, de los mismos covers que hago, de Karol G, Ángela Aguilar, de las Hermanitas Calle, y transformarlos a vallenato. Pienso que ya es un experimento y nos ha funcionado, porque ver a la gente cantando tecno carrilera, pero con caja de guacharaca, el acordeón que está haciendo lo que hacía la trompeta en versión original. Pero en cuanto a canciones propias e inéditas, yo creo que tanto la canción que hicimos con Edi Herrera, que fue Ganas locas, que fue merengue con vallenato, y esta canción con Luis Alfonso, que es banda o música regional popular colombiana, como le llama Luis Alfonso, y vallenato sabroso de ese que es pa’ bailar. Esto es ser uno muy atrevido en la vida y mira que los riesgos son de donde vienen el gol, el fruto y el éxito.
¿Qué género cree que le hace falta fusionar con su música?
Con el reggaetón no he fusionado todavía; vamos a ver, en el nombre de Dios, qué pasa. Pero no estoy enfocada en fusionar como tal, o sea, cuando las cosas se vayan dando. Mira que el ‘Cora me duele’ con Luis Alfonso salió primero en versión vallenata y ahora está en popular vallenato y ya no está la versión vallenata, porque la eliminamos para poder salir con Luis Alfonso. La misma canción pidió más, entonces en realidad no es que yo me obligue a hacer fusiones; a veces la misma música pide más y uno tiene que hacerle caso a lo que pide la música.
LAURA STEFANIA AMARILLO CARVAJAL
Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO