Los operativos, registros y decomisos policiales en el Estrecho de Gibraltar son como migas de pan que dan pistas del camino que el narco local ha emprendido en el negocio. Sucedió con el uso de radares de contravigilancia, el empleo de armas o la aparición de nuevos puntos de alijos por la costa andaluza. Todos fueron indicios, descubiertos primero en operaciones, confirmados luego como nuevas pautas de los traficantes. La duda que inquieta ahora a los agentes es si las cada vez más periódicas intervenciones de cocaína las costas de Cádiz y Sevilla quedarán solo en destellos puntuales o seguirán el mismo camino.
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