Semana Santa dará una inyección de fuerza al crecimiento económico | Crecimiento | Economía

Semana Santa dará una inyección de fuerza al crecimiento económico | Crecimiento | Economía


La Semana Santa no solo es una de las celebraciones religiosas más significativas del calendario colombiano, también es un motor temporal de la economía nacional. Durante esta temporada, millones de personas se movilizan dentro y fuera del país, generando un efecto positivo en sectores como el turismo, el transporte, el comercio, la gastronomía y los servicios. Así lo destaca un reciente análisis del centro de estudios económicos Anif, que revela el verdadero peso económico de la Semana Mayor.

De acuerdo con este centro de estudios económicos, en marzo de 2024 el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) creció un 5,5% en comparación con el mismo mes del año anterior, gracias en gran parte al impacto de la Semana Santa y al efecto calendario, ya que en 2023 esta festividad cayó en abril.

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Para ellos, este fenómeno estacional demuestra cómo las dinámicas religiosas también mueven la economía real, mientras que para este año esperan un efecto similar, con un impulso en las cifras de crecimiento mensual.

¿Cómo impacta?

De acuerdo con el estudio de Anif, el sector turístico es el gran beneficiado en esta temporada, dado que la ocupación hotelera se estima por encima del 70% a nivel nacional, con picos de hasta el 90% en destinos de playa y del 80% en ciudades principales.

Por ejemplo, las búsquedas de hospedaje en plataformas como Booking y Despegar evidencian esta alta demanda, destacando destinos como Cartagena (40% de las búsquedas), Bogotá (15%) y Medellín (12%). En este caso citan a Viajes Falabella, quienes reportan que las reservas aumentaron un 88% frente a la misma temporada de 2024.

Viajes – Semana Santa

Fuente: IStock

En este contexto, Cartagena se posiciona como uno de los destinos estrella, con una proyección de más de 216.000 visitantes, lo que representa un crecimiento del 44% frente al año pasado. La mayoría llegará por vía aérea (108.000 personas), seguida por carretera (66.000) y cruceros (18.000), estos últimos con un impacto económico superior a los US$1,9 millones.

Bogotá, por su parte, ha fortalecido su oferta en turismo religioso tras integrarse a la Red Mundial de Turismo Religioso, con actividades como conciertos sacros y rutas históricas. Se espera que la capital reciba 220.000 turistas, un 4% más que en 2024.

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Otras regiones también han apostado por diversificar su oferta. Antioquia impulsa la campaña “Vive la Pasión en Antioquia”, promoviendo destinos como Jericó y Santa Fe de Antioquia. Se calcula la llegada de más de 1,5 millones de vehículos y la visita de más de 40.000 extranjeros, con una ocupación hotelera del 60%.

Mientras tanto, en el Atlántico se han activado rutas de fe y gastronomía, mientras que en Norte de Santander la demanda por transporte, productos religiosos y platos típicos ha dinamizado la economía regional.

PIB

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Por otra parte, el transporte terrestre también juega un papel clave. Se estima la movilización de 3,3 millones de pasajeros, un aumento del 3,6% respecto a marzo del año anterior. Empresas como Expreso Brasilia y Expreso Bolivariano han reportado crecimientos en ventas del 15% y 12%, respectivamente.

Además, el alquiler de vehículos y la demanda aérea están en ascenso. Wingo y JetSMART proyectan más de 185.000 pasajeros movilizados con ocupaciones cercanas al 97%. Las rutas más solicitadas conectan a Bogotá, Medellín, Cartagena, Cali y Santa Marta. A nivel internacional, Forwardkeys reportó 47.000 reservas hacia Colombia, un 11,4% más que en 2024.

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Finalmente, la gastronomía también se dinamiza con fuerza. El consumo de pescado, por motivos religiosos, crece significativamente. Fedeacua proyecta un aumento del 50% en la comercialización de productos acuícolas respecto al promedio del resto del año, mientras que Corabastos reportó un alza del 35% en ventas de pescado durante esta temporada.

En conclusión, como bien señala Anif, la Semana Santa no solo es un tiempo de reflexión espiritual, sino también una oportunidad clave para reactivar la economía nacional. Su impacto transversal en múltiples sectores confirma que, en Colombia, la fe también mueve la economía.



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