El tusi, también conocido como cocaína rosada o 2C-B (two cee bee en inglés, lo que se pronuncia tusibi) se ha convertido en una de las drogas sintéticas más populares en América Latina en los últimos años. Su atractivo color y su supuesta exclusividad han alimentado una narrativa aspiracional que poco tiene que ver con la realidad de su composición. Detrás de su imagen llamativa, el tusi es una mezcla de sustancias psicoactivas de composición variable, cuyo consumo conlleva graves riesgos para la salud y refleja un vacío persistente en materia de información y control.
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