EL CAIRO — Los gobiernos autoritarios no son conocidos por aceptar las críticas con agrado. Y en Egipto, los funcionarios pueden ser particularmente sensibles: la creciente represión ha acallado la disidencia y enviado a la cárcel a decenas de miles de presuntos opositores políticos, incluyendo a uno por publicar una fotografía manipulada del Presidente con orejas de Mickey Mouse.
Pero el mes pasado, Egipto se encontró con un oponente al que no podía silenciar tan fácilmente.
“Aeropuerto de El Cairo: ¿Acaso existe peor aeropuerto importante?”, reflexionó el bloguero de viajes Ben Schlappig en su sitio web One Mile at a Time. Citó al personal “activamente hostil y grosero”, las “solicitudes interminables de propinas”, el “desorden” en la fila, las opciones gastronómicas “débiles” y las salas de espera “guácala”.
“Mis visitas han variado de inconvenientes y desorganizadas a absolutamente caóticas”, escribió. “Simplemente no se me ocurre una sola cualidad redentora del aeropuerto”.
Era un veredicto casi garantizado en enfurecer al Gobierno de Egipto, que está haciendo un gran esfuerzo por duplicar su número de turistas, tratando de alcanzar los 30 millones de visitantes anuales para el 2028. Además de emplear a uno de cada 12 trabajadores egipcios, la industria del turismo brinda divisas extranjeras que un País que se resiente por una prolongada crisis económica necesita desesperadamente.
Se están construyendo nuevos hoteles de lujo en los alrededores de El Cairo y los soleados destinos de playa de Egipto. El Gobierno ha anunciado planes para renovar las atracciones históricas. Y un nuevo museo de antigüedades largamente esperado está abriendo en etapas —y con críticas positivas— junto a las Grandes Pirámides de Giza.
Ante este avance del progreso, las quejas de Schlappig podrían parecer una molestia menor. Sin embargo, el Ministerio de Aviación Civil de Egipto reaccionó con furia, emitiendo una respuesta de más de mil 100 palabras, reprendiendo a Schlappig por sus “acusaciones infundadas y destructivas” y sugiriendo estar preparado para emprender acciones legales.
Como prueba, presentó un relato paso a paso de la visita más reciente del bloguero al aeropuerto, tomado de cámaras de seguridad. Desde su primer escaneo de seguridad hasta su llegada a una puerta de embarque, dijo el Ministerio, todo transcurrió sin problemas.
El Ministerio defendió la calidad del aeropuerto, diciendo que tiene “casi” cuatro estrellas de un evaluador independiente. Puso en duda las quejas de Schlappig, afirmando que “la foto del baño que publicó no corresponde al baño que usó”. Cuestionó sus elecciones y preguntó: “¿Es razonable que un pasajero visite dos salas antes de un solo vuelo?”. Finalmente, dijo que el único propósito de su visita parecía ser “socavar el aeropuerto de El Cairo”.
Pero el bloguero respondió diciendo que había basado su evaluación en muchas visitas. Dijo que había fotografiado el baño en una visita anterior y que no había estado allí para exponer el aeropuerto.
Pero Egipto quizás no tenga que preocuparse demasiado. Una cifra récord de 7.1 millones de turistas visitaron el País en el primer semestre de este año, aparentemente impávidos ante la zozobra regional. Es probable que atracciones como el nuevo museo sigan aumentando el flujo, dijeron los guías turísticos.