La oleada inmigratoria de los últimos años ha sido la mayor en la historia de Estados Unidos, superando el gran auge inmigratorio de finales del siglo 19 y principios del 20, de acuerdo con un análisis de datos realizado por The New York Times.
La migración neta anual —el número de personas que llegan al País menos el número que sale— promedió 2.4 millones de personas del 2021 al 2023, reporta la Oficina del Presupuesto del Congreso de EU. Es probable que la migración neta total durante la Administración Biden supere los 8 millones de personas.
Ese es un ritmo de arribos más veloz que durante cualquier otro periodo registrado, incluyendo los años pico de tráfico en la Isla Ellis, cuando millones de europeos llegaron a Estados Unidos. Incluso después de tomar en cuenta la mayor población estadounidense actual, la reciente oleada es la más veloz desde al menos 1850.
Las cifras en el análisis del Times incluyen entradas tanto legales como ilegales. Alrededor del 60 por ciento de los inmigrantes que han entrado al País desde 2021, unos 5 millones de personas, lo han hecho de forma ilegal, arroja un reporte de Goldman Sachs.
Los aumentos combinados de la inmigración legal e ilegal han provocado que la proporción de la población estadounidense nacida en otro país alcance un nuevo máximo, del 15.2 por ciento en el 2023, contra el 13.6 por ciento en el 2020. El máximo anterior fue del 14.8 por ciento, en 1890.
Varios factores provocaron la oleada, comenzando por la acogedora política de inmigración del Presidente Joseph R. Biden Jr. durante sus primeros tres años en el cargo. Ofendido por las férreas políticas de Donald J. Trump, Biden prometió un enfoque diferente. “Somos una nación que dice: ‘Si quieres huir y estás huyendo de la opresión, deberías venir’”, dijo Biden durante su campaña del 2020.
Después de asumir el cargo, su Administración relajó las reglas, facilitando la entrada de personas a EU. Algunos han recibido estatus legal temporal mientras sus casos pasan por los tribunales rebasados. Otros se han quedado sin permiso legal.
Causas externas también han desempeñado un papel importante en el aumento. La zozobra en Haití, Ucrania y Venezuela hizo que personas desesperadas huyeran de sus países de origen. El crecimiento de las redes de contrabandistas operadas por los cárteles de la droga mexicanos permitió que más personas llegaran a la frontera con EU. Pero la política de la Administración Biden parece haber sido el factor más importante: después de que Biden endureció la ley en junio, se desplomó el número de personas que cruzaban la frontera.
La magnitud de la inmigración reciente ayuda a explicar por qué el tema ha desempeñado un papel central en la política estadounidense reciente.
Alcaldes y gobernadores, tanto demócratas como republicanos, se han quejado del peso ejercido sobre el gobierno local.
Algunos de los efectos más importantes se han producido en el sur de Texas, y Trump logró grandes avances electorales allí. Hace ocho años, obtuvo menos del 30 por ciento de los votos en una franja de seis condados a lo largo del Río Bravo. Este año ganó los seis.
En otros lugares, los demócratas que lograron ganar peleadas contiendas por el Congreso —incluyendo Arizona, Maine, Michigan, Nevada, Nueva York y Wisconsin— frecuentemente criticaron las políticas fronterizas de Biden. Las encuestas sugieren que la oleada fue la segunda mayor vulnerabilidad de la Vicepresidenta Kamala Harris, después de la economía.
Los electores expresaron particular frustración por los altos niveles recientes de inmigración ilegal. Algunos políticos republicanos, incluyendo a Trump, han difundido falsedades sobre los inmigrantes recientes, afirmando que han provocado una ola de criminalidad. En realidad, los inmigrantes históricamente han cometido delitos a menores tasas que los estadounidenses nativos, y el crimen disminuyó en todo el País en los últimos años al tiempo que se disparaban los niveles de inmigración.
La investigación sugiere que los inmigrantes de las últimas décadas, que provienen principalmente de Asia y Latinoamérica, están ascendiendo por la escalera económica y asimilándose en la sociedad estadounidense.
Pero los altos niveles de inmigración tienen desventajas, incluyendo la carga a los servicios sociales y una mayor competencia por los empleos. Por otro lado, una mayor inmigración puede reducir el costo de los servicios y ayudar a los estadounidenses, muchos de ellos con ingresos más altos, que no compiten por empleos con los inmigrantes.