Que la voz de un cantante de primer nivel se escuche como un mejunje indistinguible y desagradable tiene toda la pinta de ser un problema. Sobre todo si se han abonado 150 euros por asistir al concierto. Sabemos que la acústica del estadio Metropolitano (Madrid), donde anoche actuó AC/DC con lleno (55.000), pertenece a la categoría de “necesita mejorar, y mucho”, así que aquí la duda es si la capacidad vocal de Brian Johnson, mermada ostensiblemente en los últimos años, tuvo algo que ver en que algunas de sus intervenciones de anoche fueran angustiosas.
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