Como lo prometió, el presidente Donald Trump arrancó su segundo mandato con un alud de medidas para frenar el flujo de migrantes por la frontera sur, cerrar las vías legales de acceso al país, e iniciar la campaña de arrestos y deportaciones más grande de toda la historia con el fin de expulsar a al menos un millón de indocumentados por año.
Sin embargo, a un mes de su arribo a la Casa Blanca, el balance es más bien mixto. Por un lado, las medidas han provocado una caída histórica en el tránsito por la frontera sur. Sin embargo, las detenciones y deportaciones están muy por debajo de las que se venían registrando durante la administración del presidente Joe Biden y lejos de la meta que se puso el mismo mandatario republicano.
El siguiente es un balance basado en estadísticas oficiales y datos de ONGs expertas en el tema sobre el impacto de las políticas trumpianas en lo que va de su gestión.
Migrantes intentan llegar a EE.UU. Foto:EFE/Abraham Pineda-Jacome
Deportaciones, a la baja
De acuerdo con las últimas cifras del Departamento de Seguridad Interna (DHS por su sigla en inglés) en los últimos 30 días, la administración Trump logró deportar a 37.660 personas, una reducción del 35 por ciento comparado con los 57.000 que en promedio se venían deportado durante el último año de la administración Biden.
Según Tricia McLaughlin, portavoz del DHS, la caída se debe en gran parte a que se ha presentado una reducción en la cantidad de arrestos que se registraban en la frontera y que eran más fáciles de deportar, pues su expulsión muchas veces era automática.
Uno de los principales problemas que tienen y que explica el bajonazo en los arrestos es que no hay centros de detención para albergarlos.
Esa caída está asociada a tres factores principales. En primer lugar, se debe a la orden ejecutiva de Trump que suspendió los procesos de asilo y refugio en EE. UU., y que redujo el número de personas que se entregaban en la frontera para invocar esta figura.
Así mismo, la duplicación de la fuerza pública en esta misma zona, donde llegaron en las últimas semanas más de 3.500 reservistas y personal para ayudar con el control de la basta franja que existe entre EE. UU. y México.
Finalmente, obedece al temor que están causando las medidas anunciadas por Trump entre la población de migrantes y que los ha forzado a suspender o cancelar sus planes de llegar a Estados Unidos.
Deportaciones. Foto:Agencias / Archivo EL TIEMPO
¿Cómo van los arrestos con fines de deportación en Estados Unidos?
De otro lado, el presidente Trump le puso como meta a sus funcionarios arrestar a por lo menos 1.200 indocumentados por día con el objetivo de cumplir con la meta de un millón de deportaciones al año.
Sin embargo, esa meta está lejos de alcanzarse. Aunque durante la primera semana estuvieron cerca -unos 900 arrestos- desde entonces las cifras han comenzado a caer.
De acuerdo con datos aportados la semana pasada por Tom Homan, el zar para la inmigración nombrado por el presidente republicano, durante las primeras tres semanas fueron arrestados unas 14.000 personas a un promedio de 667 por día.
Si bien la cifra duplica el promedio de arrestos del año pasado, está muy lejos del objetivo trazado por Trump. De hecho, desde entonces, los números han caído por debajo de los 600.
De mantenerse esa trayectoria, y asumiendo que todos ellos puedan ser deportados con facilidad, -lo cual no es fácil, pues muchos de los inmigrantes no tienen récord criminal y tiene derecho al debido proceso-, el total del 2025 no sumaría más de 220.000 personas, una fracción de lo prometido por Trump.
Donald Trump firmando órdenes ejecutivas. Foto:EFE
Las razones que explican el bajonazo en los arrestos de migrantes ilegales
Uno de los principales problemas que tienen y que explica el bajonazo en los arrestos es que no hay centros de detención para albergarlos.
En el casi del ICE, por ejemplo, ya tiene detenidas a unas 41.000 personas, pero solo tienen espacio para 41.500.
Adicionalmente, EE. UU. tampoco tiene el personal suficiente para incrementar las operaciones, pese a que a Trump ha desplazado a funcionarios de otras agencias para que se dediquen a estas labores.
Muchos inmigrantes, por otra parte, han optado por “desaparecer del radar” del ICE evitando ir a puntos donde son susceptibles de arresto, buscando refugio en ciudades santuario -que no colaboran con las autoridades federales- o aprendiendo herramientas legales para defenderse, como no abrir las puertas de sus casas salvo que el ICE presente antes la orden de un juez.
Tan inconforme está Trump con los resultados que ya optó por remover del cargo a Caleb Vitello, el funcionario del DHS asignado para dirigir la operación.
El otro obstáculo que existe para expandir las deportaciones es el financiero. Actualmente, el Congreso debate una ley, liderada por los republicanos, que autorizaría el desembolso de unos 340.000 millones de dólares que irían en gran parte a seguridad fronteriza y deportaciones.
De momento, sin embargo, el proyecto sigue dividendo al partido pues un sector teme que eleve el déficit y la deuda.
Sin embargo, tarde o temprano, probablemente en las próximas dos semanas, la ley será aprobada y comenzarán a fluir miles de millones de dólares que podrían mejorar la apuesta migratoria de Trump.
Servicio ICE de Estados Unidos. Foto:Archivo
Vuelos de deportación, sin incrementos
De acuerdo con Tom Cartwright, de Testigos en la Frontera, los vuelos de deportación tampoco se han incrementado desde que llegó Trump.
En su más reciente informe, Cartwright sostiene que, bajo el ritmo actual, febrero cerrará con unos 130 vuelos de repatriación, comparado con los 137 vuelos de febrero de 2024.
Así mismo, la frecuencia de viajes diarios tampoco se ha elevado. En promedio, dice, están saliendo 6 aeronaves con repatriados una cifra muy similar a la del año pasado. De hecho, afirma esta analista hasta por debajo pues en 2024 hubo seis meses donde el promedio diario era de 7.
La gran mayoría han sido hacia países de la región con Guatemala, Honduras, El Salvador, Ecuador y Colombia como los principales destinos.
En el caso de Colombia, con el que hubo un roce el mes pasado por la negativa inicial del presidente Gustavo Petro al ingreso de dos vuelos que llegaban de EE. UU. con deportados, tampoco se ha presentado un incremento. De momento, se han registrados seis vuelos de deportación desde que llegó Trump, la misma intensidad que en meses pasados durante la gestión Biden.
Deportaciones. Foto:iStock
Países repatriando connacionales, uso de aviones militares y Guantánamo, las 3 novedades de la era Trump
Pese a ello, hay tres elementos que han cambiado desde la llegada de Trump:
1. En primer lugar, varios países, entre ellos Colombia y Venezuela (tras llegar a un acuerdo con la administración Trump), están poniendo los aviones y de paso pagando por la repatriación de los connacionales, algo que antes no sucedía.
2. Lo segundo es el uso de aviones militares para deportar a migrantes una práctica que antes no se empleaba. En total van 19 vuelos en aeronaves militares, o el 15 por ciento.
Para Cartwright el uso de este método es puramente mediático -enviar un mensaje de que se está en guerra contra los migrantes- pues las diferentes agencias civiles de EE. UU., como el ICE, podrían realizar hasta 200 vuelos mensuales con sus propias aeronaves.
“Puede que más adelante, una vez copen esa capacidad, sea necesario usar aviones militares. Pero de momento su uso es puramente simbólico”, dice este analista.
3. Finalmente, el envío de migrantes a la base militar que tiene EE. UU. en Guantánamo y donde han llegado 13 aviones militares con unos 500 migrantes, es una novedad. No obstante, muchos de ellos han sido ya reubicados a otros países. De hecho, esta semana, Trump anunció una pausa en el envío de ilegales a este lugar, pues el campamento donde pensaba ubicar a más de 30.000 personas no está adecuado para mantenerlos.
Migrante deportado a Guantánamo. Foto:EFE
Detenciones en la frontera podría marcar la cifra más baja en lo que va del siglo
El dato más contundente que apunta el éxito de las políticas de Trump y el cumplimiento de sus promesas de campaña es el de las detenciones o “encuentros” con migrantes en la frontera.
Este lunes, la secretaria para la Seguridad Interna, Kristin Noem, anunció la cifra de arrestos diarios más bajo en 15 años, que se presentó el sábado de la semana pasada cuando se detuvo a menos de 200 personas intentado ingresar ilegalmente. Antes de eso, ya se venían registrando cifras detenciones por debajo de las 500 personas al día, o menos de la mitad de lo que se reportaba bajo la administración Biden.
Si esas cifras se sostienen, febrero cerrará con menos de 15.000 detenciones, la cifra más baja desde abril del año 2017 y que de por sí era la más baja en lo que va de este siglo.
Constituiría, además, una reducción de más del 80 por ciento frente al último mes de la administración anterior.
“El presidente Trump y la secretaria Noem han enviado un mensaje claro a los extranjeros ilegales: no vengan a nuestro país. No se le permitirá entrar. Y si entra, lo perseguiremos y lo deportaremos. Ese mensaje ha sido recibido. Este fin de semana vimos las detenciones más bajas en la frontera sur en más de 15 años. Esta es otra señal más de que las políticas de sentido común de inmigración y seguridad fronteriza del presidente Trump están funcionando”, le dijo a este diario una portavoz en el DHS.
Dicho eso, nadie sabe si la tendencia es solo temporal mientras los migrantes recalibran sus estrategias para intentar ingresar, tal como sucedió durante el primer mandato de Trump (2017-2021) cuando se presentó una caída transitoria durante sus primeros meses de gobierno, pero que luego volvió a acelerarse hacia finales del año.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
@sergom68