Luego de otro año de calor récord y lluvias a la baja en Grecia, las presas que abastecen de agua a Atenas han caído a sus niveles más bajos en más de una década. Agricultores han batallado para producir cosechas e incendios forestales han incrementado la demanda de agua.
Por lo tanto, además de invertir en medidas modernas como una nueva conexión a un lago artificial y unidades de desalinización, Atenas está recurriendo a un acueducto que se remonta a la época cuando Grecia era parte del Imperio Romano.
“Tenemos un monumento antiguo y una proeza de la ingeniería que estamos trayendo al presente para ahorrar agua y refrescar la Ciudad”, dijo Katerina Dimitrou, de la Compañía de Suministro de Agua y Alcantarillado de Atenas, que ha trabajado con el Ministerio de Cultura y autoridades locales para revivir el acueducto.
El Acueducto de Adriano, bautizado en honor del Emperador romano que lo encargó en el siglo 2 d.C. para que los romanos pudieran darse baños, suministró agua a Atenas durante siglos.
Su red de unos 25 kilómetros, en su mayoría subterránea, aún corre por debajo de la Ciudad. Aún funciona, al llevar agua de riberas y acuíferos a lo largo de una ruta inclinada.
Pero luego de que se construyera la primera gran presa de Atenas a inicios del siglo 20, el acueducto quedó en gran medida abandonado.
“Aún funciona, pero se desperdicia el agua”, dijo Christos Giovanopoulos, un gerente de proyecto en la autoridad local de Halandri, un suburbio de Atenas que es un campo de pruebas para la iniciativa. “Fluye al depósito central y luego se une al sistema de aguas residuales y es expulsada al mar”.
Ahora, una nueva tubería de 4 kilómetros que se conecta al acueducto brindará una nueva fuente de agua a veintenas de hogares, así como a escuelas y parques, para marzo, señaló Giovanopoulos. Las viviendas más cercanas a la tubería estarán conectadas directamente y las más alejadas serán abastecidas por pipas.
El agua no potable será destinada al lavado y la jardinería para conservar el agua potable que de otro modo recibiría ese uso. El objetivo final es ampliar el proyecto a otros siete municipios, ahorrando más de 940 millones de litros de agua al año. La ruta del acueducto también regará espacios verdes, que brindan un efecto refrescante natural.
Cientos de residentes de Halandri han colaborado con el proyecto. Christina Christidou, de 56 años, ha ayudado a organizar talleres para la comunidad y escuelas, que participaron en la renovación de espacios verdes sobre la ruta del acueducto.
Funcionarios dijeron que impulsar un cambio general de mentalidad llevará tiempo.
“Se puede disuadir a la gente de consumir agua o alentarla a usar otras fuentes”, dijo Giovanopoulos. “Esto es más positivo”.