En 1996, un grupo de jóvenes recorría los bares de Puerto Rico haciendo covers de sus canciones favoritas de reggae. Tenían un sueño: crear su propia música. Había muchas expectativas y deseos, y una gran admiración hacia Bob Marley. Para el año 2000, Willy Rodríguez (bajo, voz), Eliut González (guitarra) y Omar Silva (guitarra, bajo) por fin le dieron forma a ese anhelo y empezaron a componer sus propias canciones para dejar de tocar reversiones en las tarimas de aquellos bares boricuas en donde, poco a poco, los iban reconociendo.
Adoptaron el nombre de Cultura Profética, porque, bajo su mirada, “la música es una voz de la cultura y es profética porque la música reggae que amamos y que nos influyó en los 70 contiene temas del ahora que también puede afectar nuestro futuro”, le dijo Silva al Miami Herald.
La banda creció con la llegada de Juanqui Sulsona, que se unió con su talento en el piano y los teclados. Eso sí, en sus conciertos se pueden ver a más de 20 músicos en escena, pero González, Silva, Sulsona y Rodríguez son la cara de la agrupación. En 2026 cumplirán 30 años de carrera, tiempo en el que han transitado desde el activismo hasta volcarse a lo más cotidiano: el amor, la tristeza y el dolor.
En entrevista con EL TIEMPO, Rodríguez habla sobre su concierto este 14 de diciembre en el Movistar Arena en Bogotá y su música en general.
Desde el inicio han mantenido una propuesta lírica que mezcla causas sociales con canciones románticas. ¿Ha sido fácil o les ha traído problemas?
Nos han conocido siempre por ser un grupo de música con contenido social, entonces, la verdad, sí se le hizo difícil al público recibir los temas de amor porque nos decían: se vendieron y no sé qué. Para mí ha sido una transición natural porque yo siempre me incliné por las canciones de amor. Es más fácil quejarse y hablar de lo que te molesta que acercarse con poesía a lo que uno siente sin sonar trillado, como el amor. Ahí es más fácil terminar sonando muy obvio o cliché. Yo no canté sobre el amor hasta que agarré la confianza y la experiencia necesaria (en la vida) para poder escribir este sentimiento en poesía. Poco a poco la gente ha aceptado más nuestras canciones de amor, no solo por la letra, sino también por las melodías. Hemos sido muy experimentales. De hecho, con este tipo de canciones hemos atraído a más público y hay personas a las que eso les molesta, porque sienten que, cuando algo es popular o está de moda, automáticamente se vuelve malo. Es como si te quisieran solo para ellos. Pero, si a mí me pondrían a elegir, siempre cantaría música melosa, cantaría boleros toda la vida.
Se podría decir que cantarle al amor también es una apuesta política.
¡Claro! Si uno escucha reggae, la mayoría de la música es religiosa. Es más, la mayoría de las canciones de Bob Marley son canciones de amor. Y, si las traducimos, parecen una canción de reguetón, porque dicen: “muévelo, mamacita, muévelo”. Cantar sobre el amor es una apuesta política, una revolución moderna. Sobre todo ahora que la sexualidad está tan explícita y expuesta en todos lados. Eso les ha quitado la magia a las relaciones y la manera en la que la gente se acerca a otros. Yo sigo creyendo en el amor a la antigua, en la sexualidad poética. Y, si tú escuchas algo que yo deseo de ti, quiero que lo escuches como yo lo deseo, no como cualquiera lo diría. Es muy importante la personalidad y la poesía en la canción. También hablar de relaciones saludables es una apuesta política hoy en día, porque cada vez hay menos.
Ya llevan 28 años de carrera, ¿qué han aprendido?
El aprendizaje es constante, cada vez estamos más afilados. Lo
más importante es que hemos madurado. Ha llegado a nosotros un punto de madurez humana y musical que hace que estemos viviendo el mejor momento. El otro día compartí por redes sociales una foto en la que estábamos todos con Alex Díaz y un amigo me comentó con bastante nostalgia: ‘qué linda la juventud’. Y yo le dije: ‘sí, pero siento que he estado disfrutando mucho más la madurez, porque ya tenemos las herramientas y la mentalidad para abordar cada situación de la mejor manera posible’.
¿Se arrepienten de algo?
No, porque todo lo que hemos hecho nos ha llevado hasta acá.
Quizá de algunas cosas que las hubiéramos hecho diferente, pero eso es muy diferente a arrepentirse. A nivel personal, creo que me arrepiento de darle demasiado tiempo a la persona incorrecta, tiempo que pude haber estado invirtiendo en mi música y cultivando mi crecimiento espiritual y emocional.
Somos una banda que su éxito no se traduce tanto en números en redes sociales, sino en acompañamiento en vivo.
Willy RodríguezVocalista
¿Han logrado equilibrar la vida profesional con la personal? En entrevista con EFE mencionaron que tratan de ser padres presentes.
Esa ha sido una de nuestras apuestas más importantes. Hemos planeado cada gira para que podamos ver a nuestras familias. Eso ha hecho que las cosas se compliquen económicamente para los productores. Pero para nosotros ha valido la pena porque vivimos momentos que nunca van a volver. Hemos sido padres presentes, nuestros hijos lo saben, lo sienten, y eso se nota en los seres humanos que son. Nuestra influencia en ellos es clara, no hay razón económica que valga esa satisfacción.
Van a visitar Colombia el 14 de diciembre, ¿cómo es su relación con el país?
Es muy fácil y fluida, somos muy afines, tenemos demasiado en común y se nota. Es una relación que no formamos sino que pasó, llegamos y dijimos: ‘somos Cultura Profética’, y nos recibieron con los brazos abiertos. Colombia es uno de los países en donde más éxito hemos tenido, donde hemos tocado frente a más público. Venimos de Puerto Rico, una pequeña isla, entonces es bueno poder conocer distintas ciudades de otros países. Hemos conocido Bogotá, Cali y Medellín, y esperamos que en el futuro puedan ser muchas más. Somos una banda que su éxito no se traduce tanto en números en redes sociales, sino en acompañamiento en vivo. Nosotros vemos los números en las boletas vendidas y vivimos agradecidos con eso porque lo que más nos gusta en la vida es tocar. Es lo que nos mantiene, no solo económicamente, sino espiritualmente, porque la tarima es el lugar donde vamos a curarnos. Esperamos poder seguir haciendo esto por muchísimos años más.
Van a presentar ‘Lento’, su último sencillo.
Esa es una canción muy peculiar. Queríamos cantar relajados, sin
mucho pero. Lo empecé a escribir hace un año durante una gira en Chile. Puse el disco de un amigo, Pachyman, y sonó una canción de él que era muy lenta. Recuerdo haber dicho: ‘wow, qué es esto, ¡qué loco!’. Ahí mismo me nació decir: ‘hoy me he levantado así, lento’. Al inicio quería hacer la letra encima de su melodía, pero no lo noté muy animado. Entonces busqué alternativas. Trabajé muchas opciones, ninguna me gustó, hasta ahora. Fue un proceso de sampleo muy extenso.
¿Hay algo que siempre hayan querido hacer con su proyecto musical y aún no lo han hecho?
Muchas cosas, pero hay una en especial: durante años hemos querido hacer un sinfónico o filarmónico. Parece que ese sueño se hará realidad para la celebración de los 30 años de Cultura Profética, en 2026. Estamos en conversaciones porque sería la mejor manera de celebrar tantos años de carrera. Queremos eso y llegar a lugares en los que aún no hemos tocado, como Asia.
A nosotros nos escucha mucha gente que no suele escuchar reggae y es porque no somos muy puritanos al respecto
Willy RodríguezVocalista
¿Cuáles canciones elegirían para el sinfónico? No es fácil resumir 30 años de carrera.
En los clásicos, en lo que a la gente le gusta. Porque, al fin y al cabo, es un espectáculo para ellos y, si son las canciones más famosas, es por algo. Esas son las que han construido nuestra trayectoria. Supongo que también incluiríamos canciones que no son tan famosas pero que para el formato funcionarían bien. Siempre hay que hacer un balance entre tocar lo que la gente quiere escuchar y proponerles algo que tú sabes que dará en el clavo. Si uno lo disfruta, no hay manera de que el público no lo disfrute.
Son muchos años y discos, pero ¿tienen alguna canción favorita?
Mi canción favorita es En la oscuridad. No tiene tantos números,
pero tocándola en vivo pasan cosas muy lindas. Me gusta mucho también Viértele flor. La quitamos del setlist porque no pasaba mucho, el público no la recibía muy bien.
¿Cómo hacer que una persona que no escucha ‘reggae’ se acerque al género?
No sé, escuchar a Cultura Profética (risas). En serio, a nosotros nos escucha mucha gente que no suele escuchar reggae y es porque no somos muy puritanos al respecto. Honramos a Bob Marley de la mejor manera posible y es haciendo lo que él hubiera hecho: poner su personalidad en su música, y no hacerlo como la gente cree que debe hacerse.
LOREN BUITRAGO
Para EL TIEMPO