La Línea de Crédito Flexible (LCF) del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido, por más de una década, una señal de confianza internacional en la estabilidad macroeconómica de Colombia, puesto que desde 2009, su renovación se daba sin condiciones, partiendo del buen comportamiento de la economía y el desempeño fiscal.
No obstante, todo cambió desde el pasado mes de abril cuando la autoridad financiera informó que la continuidad de este respaldo financiero —equivalente a USD $8.100 millones— ahora está sujeta a una evaluación adicional. Aunque Colombia aún tiene acceso a estos recursos, su renovación ya no está asegurada.
Lea también: Crisis fiscal: Gobierno le está contagiando sus dificultades de caja a Ecopetrol
“Es importante aclarar que la línea no ha sido cancelada. Aún está vigente. Lo que cambió es que su renovación ya no será automática, sino que dependerá de los resultados de dos evaluaciones clave”, explicó Víctor Ramírez, socio de Auditoría y líder del sector financiero de BDO en Colombia, quien contó que se trata de una consulta del Artículo IV.
Este artículo trata de una evaluación periódica que cada país miembro debe realizar para revisar su situación económica y en la que el Fondo analiza variables clave como crecimiento, inflación, deuda y política fiscal, y emite recomendaciones tras reunirse con autoridades y expertos locales.
Crecimiento Económico
Dicho esto, en 2025, Colombia deberá superar satisfactoriamente esta revisión para poder renovar la Línea de Crédito Flexible, que ya no se otorga de forma automática como en años anteriores, todo atado a la publicación del nuevo Marco Fiscal de Mediano Plazo, previsto para junio de este año.
Así las cosas, el vocero de BDO sostiene que el giro en la relación con el FMI implica más que una simple condición técnica, dado que expone la fragilidad percibida de la economía colombiana y abre la puerta a efectos indirectos que podrían sentirse en diferentes niveles del sistema financiero y del aparato productivo del país.
Otras noticias: Consulta popular: el paso a paso que sigue para la propuesta del gobierno Petro
Efectos graduales
Cabe recordar que la LCF no es un préstamo inmediato, sino un respaldo preventivo. No utilizarla es, de hecho, una buena señal, aunque no tenerla renovada podría enviar el mensaje contrario a los mercados que Colombia ya no cuenta con ese “colchón” de confianza global, por lo que “lo que está en riesgo no es tanto el dinero, sino la credibilidad”, según advierte Ramírez.
Entre los efectos potenciales se cuenta un aumento del riesgo país, lo que se traduciría en mayores tasas de interés para la colocación de bonos de deuda soberana, lo que a su vez encarecería el costo del endeudamiento externo para el Gobierno, en un contexto donde la caja fiscal es limitada y el espacio para subir ingresos o recortar gastos se ha reducido.

Pesos colombianos.
Víctor Ramírez explica que en esta situación también habría presión cambiaria, puesto que ante la incertidumbre, el peso colombiano podría verse afectado frente al dólar, intensificando la volatilidad que ya se siente en los mercados. A esto se suma un probable encarecimiento del crédito externo para empresas privadas, que también podrían ser percibidas como más riesgosas si el respaldo del FMI se debilita.
En ese escenario, el Gobierno tendría que demostrar mayor disciplina fiscal y este experto anticipa que “podrían venir exigencias de ajustes estructurales en las finanzas públicas, ya que la sostenibilidad fiscal será clave para recuperar la confianza”.
Desde BDO cerraron diciendo que más allá del ámbito fiscal, la señal que el FMI ha enviado es un llamado de atención sobre el manejo macroeconómico reciente y ante la que Colombia necesita recuperar el terreno perdido en términos de percepción y credibilidad, ya que de no ser así, la inversión extranjera, que ya se ha mostrado más cautelosa en los últimos trimestres, podría disminuir aún más si la estabilidad económica se ve cuestionada desde los organismos multilaterales.
Víctor Ramírez concluye diciendo que “el mensaje del FMI no es que Colombia esté en crisis, pero sí que necesita mostrar de nuevo que es capaz de cumplir metas, sostener su política fiscal y enviar señales claras al mundo financiero. La evaluación en junio será clave”.