Cómo estuvo marcada y por que se caracterizó la gestión de Ricardo Bonilla en Minhacienda | Gobierno | Economía

Cómo estuvo marcada y por que se caracterizó la gestión de Ricardo Bonilla en Minhacienda | Gobierno | Economía


Uno de los capítulos más importantes de la historia de Ricardo Bonilla en el Ministerio de Hacienda y la tormenta política que rodea a este funcionario, finalmente acabó con la solicitud de dimisión que le hizo el presidente Petro a uno de sus más fieles escuderos y la respectiva presentación de la carta de renuncia irrevocable por parte de éste.

Pese a que cuenta con el respaldo y afecto de la Casa de Nariño, Bonilla González, quien duró 19 meses en el cargo, sale del Minhacienda en medio de acusaciones en contra por la presunta compra de votos en el Congreso para apoyar los proyectos del Gobierno y lo que algunos sectores políticos han calificado como la crisis de ‘fuego amigo’ que hay al interior de esta administración.

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Las últimas semanas de este funcionario no fueron tal vez las mejores, dado que sus relaciones con el Legislativo estaban en su peor momento y los congresistas no acudían a los llamados, ni para el proyecto de ley de financiamiento, ni en la Comisión de Crédito Público, organismo con el que nunca logró ponerse de acuerdo para usar el cupo de endeudamiento.

Si bien en su momento fue la primera persona en la que pensó el presidente Gustavo Petro para dirigir la cartera de Hacienda, dado que es uno de sus amigos más cercanos y leales coequiperos, que incluso lo acompañó como Secretario de Hacienda cuando fue alcalde de Bogotá, no pudo ser nombrado por inhabilidades vigentes.

Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda

Archivo particular

El capítulo de Ricardo Bonilla en el Ministerio comenzó tras la salida de José Antonio Ocampo, quien tuvo varias diferencias con el jefe de Estado por resaltar los impactos fiscales que tendrían las reformas sociales, especialmente la de salud. En su gestión se caracterizó por defender la línea del Presidente, lo que para Petro Urrego, terminó costándole su salida.

Tormentas económicas

En el poco más de año y medio que fue Ministro de Hacienda, Bonilla González fue cuestionado por casos como los líos del Presupuesto General de la Nación para el 2024, que casi embolata $13 billones de pesos para obras de alto impacto como el metro de Bogotá o varias vías 4G, así como las proyecciones económicas sobreestimadas, que acabaron con recortes presupuestales.

El hecho de que se tuvieran que bajar los gastos de funcionamiento, primero en $28 billones y finalmente en $33 billones, tampoco le jugó a favor y aunque al final logró recomponer la senda de crecimiento en el recaudo tributario junto a la Dian, en la era de Orlando Villabona, deja este indicador en rojo.

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Por otra parte, Ricardo Bonilla también destacó por la falta de un plan de reactivación económica concreto y un ritmo de crecimiento muy lento y, según algunos centros de estudio económico, por debajo del potencial que realmente tuvo la economía, que habría crecido por inercia y ritmo, más que por acciones de gobierno.

En la recta final de su paso por el Ministerio, estaba liderando el trámite de la ley de financiamiento, que no fue recibida con buenos ojos por los diversos sectores económicos y políticos, y el trámite del Presupuesto General de la Nación para 2025, que se irá por decreto, debido a que no se llegó a un acuerdo entre el Legislativo y el Ejecutivo, frente a los recursos necesarios.

Pesos colombianos

Pesos colombianos

iStock

Cabe destacar que uno de los llamados más frecuentes que el sector económico le hizo a este personaje, que ahora se dedicará a atender los requerimientos que le lleguen desde la justicia, fue a que gastara menos y redujera frentes del gasto público como la nómina o los gastos en logística y operaciones del Gobierno.

Bonilla también se va en un momento en el que el mercado tiene alta incertidumbre respecto a la estabilidad fiscal, ya que la caída de recaudo llevó a que la Nación se tuviera que endeudar y, por ejemplo, en el Presupuesto del próximo año no hay certeza sobre $12 billones que no tienen una fuente de ingreso firme, sin contar con que la gestión de la Dian estaría nuevamente sobreestimada.

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Por último hay que decir que actualmente trabajaba en un plan de subejecución presupuestaria para aliviar los apretones de caja que tiene la Nación y llegar a la meta de recorte, por encima de $50 billones, que sugieren los expertos, con el fin de cuidar la regla fiscal, tarea que ahora quedará en manos del próximo Ministro de Hacienda.

Pese a todo esto, Ricardo Bonilla se va diciendo que “las finanzas del país gozan de buena salud y la estabilidad fiscal se mantiene a pesar de las circunstancias internas y externas que nos correspondió afrontar”, al tiempo que desea que el presidente Petro cumpla con el sueño de consolidar el “inicio de una nueva Colombia”.



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