“Hacia 1761, el botánico sueco Carl Von Linneo y el colombiano José Celestino Mutis, aún sin tener ni sombra de la tecnología actual, mantuvieron una comunicación por años para apoyarse mutuamente y darle nombre a las plantas, algunas de ellas, parte de la Expedición Botánica liderada por Mutis (…) Desde aquella época, hemos recorrido un largo camino, trabajando juntos por la biodiversidad y la sostenibilidad”, le cuenta a este diario la embajadora de Suecia en Colombia, Helena Storm, sobre los inicios de las relaciones bilaterales que este 2024 conmemoran 150 años.
Y es que, así como los científicos botánicos Von Linneo y Mutis tendieron puentes siglos atrás para demostrar que la cooperación es una de las claves del progreso, Suecia le apuesta a que, para ser uno de los países con mayor innovación y bienestar social del mundo, es fundamental abrir nuevos capítulos que permitan seguir escribiendo una historia mutua a través del trabajo colaborativo.
La base para lograrlo es el llamado modelo de Triple Hélice en el que la academia, la industria y el gobierno trabajan conjuntamente para identificar, investigar y desarrollar tecnologías y servicios innovadores que satisfagan las necesidades.
“Entendemos que el crecimiento económico parte del diálogo a partir de un problema en común. Lo que buscamos es que cada una de estas partes, incluida la sociedad civil, se comprometa a una o varias tareas que generen una sinergia efectiva entre lo que son las políticas públicas, la investigación científica y el desarrollo industrial. Eso es lo que lleva a impulsar muchas soluciones innovadoras a través de la co-creación”, le dice a EL TIEMPO, Yazmin Maya, senior project manager de Business Sweden, una organización público-privada que ayuda a las empresas suecas a crecer en el mercado global y a las empresas internacionales a invertir en Suecia.
Lo que buscamos es que cada una de estas partes, incluida la sociedad civil, se comprometa a una o varias tareas que generen una sinergia efectiva
Yazmin MayaSenior project manager de Business Sweden
Al respecto, Magnus Ahlström, vicepresidente de Innovación Global de la empresa sueca de defensa y aviación Saab, destaca que esa “cultura de cooperación, transparencia y organizaciones planas, en lugar de jerárquicas, facilita que el país sea innovador”. “Resolvemos problemas juntos”, dice.
Las cifras los respaldan. Suecia ocupa el puesto 25 en el ranking mundial por volumen de PIB. En 2023, su deuda pública fue de 191.577 millones de dólares, representando el 31,2 % del PIB, lo que equivale a una deuda per cápita de 18.208 dólares, inferior a la de Colombia, que se ubicó en el 57 % del PIB.
De esta manera, el país europeo se coloca entre las economías más grandes del mundo, a pesar de contar con una población relativamente pequeña (aproximadamente 10 millones de habitantes). Asimismo, en el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial 2023, Suecia ocupó el número 9 a nivel mundial destacándose por su entorno empresarial favorable, infraestructura de alta calidad, educación avanzada y la innovación.
Sobre este último punto, el país nórdico ocupó en 2023 el segundo puesto en el Índice de Innovación Global solo por detrás de Suiza.
En el ámbito empresarial, Suecia supera a Colombia en todos los indicadores. Ocupa el 10.º puesto en el ranking Doing Business, lo que la convierte en un lugar favorable para hacer negocios. Además, tiene un Índice de Percepción de la Corrupción de 83 puntos y se ubica entre los países con menor corrupción a nivel mundial.
Un modelo de exportación
Bajo las premisas de innovación, infraestructura y sostenibilidad, las empresas suecas no solo se concentran en acelerar la implementación de proyectos diferenciales para la agenda 2030, sino que buscan atender a las necesidades, incluso de otros países.
Camilla Lood, associate senior manager de Swedfund, una institución del gobierno sueco que invierte en países en desarrollo para reducir la pobreza, explica que los proyectos de energías limpias, tratamiento del agua y manejo de residuos son de especial interés con miras a aportar cambios sustanciales, no solo en las sociedades sino en el planeta en general.
“Sweedfund está financiando un estudio de factibilidad en Colombia para acelerar el proceso del transporte con biogas. Asimismo, desarrolla un proyecto piloto en Bogotá y Barranquilla para el tratamiento de aguas residuales. Consideramos que la economía circular minimiza las fugas sistemáticas y las externalidades negativas”, explicó Lood.
En el caso de Suecia, el 68 por ciento del biogas se usa para actualizar los vehículos a energías limpias. Además, las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) y los residuos orgánicos de los hogares aportan la mitad de esta cifra. Una demostración de cómo un país puede contar con independencia energética si optimiza sus propios recursos.
Podemos parar de enviar los residuos orgánicos al basurero y usarlos para crear energía
Oier Lopez de BriñasEstratega de sostenibilidad en Trafikförvaltningen
“Podemos parar de enviar los residuos orgánicos al basurero y usarlos para crear energía”, comenta por su parte Oier Lopez de Briñas, estratega de sostenibilidad en Trafikförvaltningen, el departamento de vehículos en la región de Estocolmo, Suecia.
Lopez de Briñas destacó el proyecto que adelanta Suecia en la PTAR del Salitre, en Bogotá, donde se busca realizar una planta piloto de biogas basada en la recolección de residuos orgánicos separados desde el origen.
Michael Erman, también de Trafikförvaltningen, señaló por su parte la necesidad de ofrecer un sistema de transporte público de calidad y eficiencia para que las personas lo elijan para movilizarse por encima del carro.
En el caso de la región de Estocolmo, en la que se estima habitan 2,3 millones de personas, la mayoría se moviliza en la red integrada de transporte público que incluye metro, tranvía, tren de cercanías, buses y botes (Suecia se compone de islas) con una aproximación holística que combina las perspectivas de desarrollo de asentamientos y transporte.
“A través de una función multimodal de transporte, conectamos las áreas rurales (con buses) para que puedan integrarse a una red metro o de otros medios que están interconectados en un solo”, explica Erman al destacar que, para 2030, Suecia contará con una flota de transporte público completamente eléctrica y de bajo consumo.
Asimismo, advierte que los desafíos se concentran en lograr energías eficientes para generar un verdadero impacto en la reducción de emisiones de CO2 y la adaptación del sistema a los efectos del cambio climático (inundaciones, desbordes de ríos, etc.).
Dron que combate el cambio climático: Una apuesta por salvaguardar el planeta
El medioambiente es una de las áreas de especial interés dentro de las empresas suecas. Un ejemplo de ello, y que tiene correlación con Colombia, es la creación del dron que combate el cambio climático diseñado entre la Universidad EAFIT de Colombia, el Instituto Real de Tecnología (KTH) de Suecia y Saab.
Rafaello Mariani, profesor asociado en KTH y líder del proyecto, señala que el objetivo fue “crear un vehículo aéreo no tripulado (UAV) que recolecte data para la prevención y el monitoreo del sistema climático y que ofrezca información adicional para mejorar las predicciones e identificar patrones localizados de interés”.
El dron, lanzado oficialmente en la COP16 de Cali, está equipado con sensores especializados y se desplegará para medir las concentraciones de gases efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, así como otros contaminantes y aerosoles en la atmósfera. Además, el UAV puede ser desplegado para evaluar la salud de la selva amazónica, tierras agrícolas y otros ecosistemas, detectando cualquier cambio en los patrones de vegetación y las condiciones del suelo.
“Este es un ejemplo de cómo el diálogo entre la academia y los gobiernos contribuyen a soluciones innovadoras, no solamente en términos tecnológicos, sino sociales que cierren brechas, promuevan la democracia y la participación, garanticen el acceso y calidad en educación, y mucho más…”, destaca la embajadora Storm al considerar que, ante el conflictivo panorama actual, “es necesario elevar conversaciones globales sobre desafíos comunes”.
La presencia global de las empresas suecas
Probablemente, usted no tenga idea de que muchas de sus marcas y productos favoritos tienen un origen sueco.
Spotify, Ikea, H&M, Volvo, Securitas, Ericsson, Tetra Pak, AstraZeneca y Electrolux son algunas de las marcas globales que impactan diversos sectores, desde el automotriz y la tecnología hasta la moda y el entretenimiento, con el compromiso de alcanzar altos estándares de sostenibilidad y eficiencia energética.
AstraZeneca recortó drásticamente los vuelos de sus empleados con miras a mitigar el impacto de la huella de carbono, entre otras disposiciones. Y si bien se hizo mundialmente conocida por su vacuna contra el covid-19, Vaxzevria, en colaboración con la Universidad de Oxford. También se destaca en la producción de innovadores medicamentos para el tratamiento del cáncer de pulmón, la insuficiencia renal, la diabetes tipo 2, el asma y el EPOC.
A su vez, Securitas, líder mundial en servicios de seguridad, con un enfoque en la innovación tecnológica, cuenta con una estrategia de punta para ofrecer seguridad privada a todo nivel: física, soluciones de monitoreo, servicios tecnológicos de vigilancia, etc. Además, bajo la premisa de que el eje de la sostenibilidad es la gente, su visión de negocio se concentra en atender las necesidades de las personas incorporando soluciones basadas en inteligencia artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT), y análisis de datos para mejorar la eficiencia de la vigilancia y la seguridad.
Por su parte, Electrolux promete diseñar la cocina del futuro donde, desde ya, la mayoría de sus productos están diseñados para ahorrar energía, prolongar la vida útil de los alimentos y reducir los costos bajo un modelo de economía circular con el fin de democratizar el acceso a este tipo de tecnología.
Con nuestra tecnología AutoSense, podemos prolongar la vida útil de los alimentos hasta en un 30 por ciento
Ana VernazaGerente general de Electrolux
“Nuestro compromiso con la sostenibilidad comienza en casa. Cada día, desperdiciamos una cantidad significativa de alimentos, y somos conscientes de que todos tenemos un papel en reducir este desperdicio. Con nuestra tecnología AutoSense, podemos prolongar la vida útil de los alimentos hasta en un 30 %, ayudando a nuestros consumidores a tomar decisiones más conscientes y sostenibles. Además, nos enfocamos en crear electrodomésticos duraderos y eficientes que reduzcan el consumo de energía y agua”, señala Ana Vernaza, gerente general de Electrolux para la región andina.
Hornos con la tecnología refresh que permiten consumir los alimentos con la mejor calidad tras recalentarse, lavavajillas portátiles que se pueden usar en lugares sin agua potable y que ahorran hasta el 92 % del consumo de agua y una nevera que adapta su energía para mantener sanos los alimentos más tiempo, son algunas de las innovadoras ideas que los hacen pioneros en el mercado.
Asimismo, Tetra Pak, mundialmente conocida por su sistema de envasado de líquidos, especialmente en envases asépticos (sin necesidad de refrigeración) que prolongan la vida útil de los productos, ha adoptado un modelo de economía circular en el que se busca minimizar los residuos y maximizar el reciclaje. De igual manera, la compañía ha trabajado para que sus envases sean reciclables y, en la medida de lo posible, estén hechos de materiales renovables de origen vegetal, como el cartón proveniente de fuentes sostenibles y los plásticos de caña de azúcar.
Todas estas empresas tienen presencia en Colombia donde no solo desarrollan proyectos diferenciales, sino que se convierten en un impulso para la transformación del país y del mundo.
“Ericsson, que fue la primera compañía sueca presente en Colombia desde 1896, trajo los primeros 50 teléfonos móviles al país. Compañías como Volvo y Scania han contribuido significativamente al desarrollo de sistemas de transporte masivo en Bogotá y Medellín; Epiroc y Sandvik, líder en soluciones para las industrias de minería e infraestructura, ofrece soluciones de equipos automatizados que mejoran la seguridad y la sostenibilidad en operaciones extractivas. Y bueno, claro, tenemos que mencionar a Ikea, la empresa que todos esperaban que entrara a Colombia y que ya tiene operaciones en Bogotá, Cali y Medellín”, destaca Yazmin Maya, de Business Sweden, al comentar que ya son 109 las empresas suecas que operan en Colombia y que aportan más de 25.000 empleos directos que representan el 10 por ciento de la inversión extranjera directa que se tiene en el país.
STEPHANY ECHAVARRÍA – Editora Internacional– Estocolmo (*) @stephechavarria
(*) Por invitación de Suecia