En un desconcertante suceso en São Paulo, Brasil, una familia vivió momentos de dolor y confusión al ser informada erróneamente sobre la muerte de su abuela, Neide Rossi Benzi, de 73 años. La situación, que comenzó el fin de semana, se desveló plenamente durante un velatorio el domingo cuando los familiares se percataron de que el cuerpo presente no correspondía a su ser querido.
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La confusión inició cuando Neide Basso de Oliveira, de 81 años, falleció aproximadamente a las 14 horas del sábado en la Santa Casa de Ribeirão Preto, en São Paulo. Sin embargo, por un error en la comunicación del hospital, la notificación del deceso fue enviada a la familia de Neide Rossi.
En respuesta, los familiares organizaron el velorio, que se iba a iniciar sin percatarse del error hasta la propia ceremonia del domingo.
A la izquierda, Neide Basso de Oliveira, fallecida; a la derecha, Neide Rossi Benzi, que está viva.
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Fue durante el velatorio cuando los parientes reconocieron que la mujer en el ataúd no era Neide Rossi. La familia de Neide Basso, por su parte, solo se enteró del fallecimiento de su familiar cuando acudieron a visitarla al hospital el domingo, encontrando la trágica verdad.
El error fue finalmente corregido el lunes por la mañana, con Neide Basso siendo velada correctamente en Pontal, mientras que Neide Rossi continúa hospitalizada.
Ante este lamentable error, la Santa Casa de Ribeirão Preto confirmó el equívoco en la comunicación.
Desde el hospital se destacó que los equipos de Asistencia Social y Clínica Médica se reunieron con las familias afectadas para ofrecer apoyo y clarificar los hechos. Por su parte, la funeraria encargada no emitió declaraciones.
Los familiares de Neide Basso, afectados por el dolor y la confusión, informaron a los medios de comunicación sobre su intención de presentar una denuncia policial, buscando esclarecer los hechos y las responsabilidades en este incidente.
O Globo (Brasil) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de O Globo (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.
