El papa Francisco será recordado de diversas maneras, entre ellas, por la de ser un trotamundos. Durante sus 12 años como líder de la Iglesia católica visitó 66 países en todos los continentes.
Sus viajes incluyeron paradas en Brasil, Israel, Jordania e Irak, además de destinos como Indonesia, Timor Oriental, Singapur y Papúa Nueva Guinea e incluso Colombia.
El papa en su visita a Mongolia. Foto:AFP
De sus travesías, siete viajes fueron dedicados a América Latina, donde visitó diez países en los primeros siete años de su pontificado. Otras 20 veces viajó por Europa, 14 por Asia, cuatro veces por África, dos veces en América del Norte, y una vez en Oceanía.
Aunque cada visita era particular fuera por la cultura o con quienes se iba a encontrar, todas coincidían con una misión: llevar el evangelio a “la periferia”, el destino favorito del papa Francisco.
Hay que ir a la periferia si se quiere ver el mundo tal cual es
papa franciscoEn su libro ‘Soñemos juntos. El camino a un futuro mejor’
“¡Vayamos a las periferias!”, repetía Jorge Mario Bergoglio (nombre de pila de Francisco) en sus discursos. “Hay que ir a la periferia si se quiere ver el mundo tal cual es”, escribió también en su libro ‘Soñemos juntos. El camino a un futuro mejor’.
Según expertos, el Papa veía que gran parte de las dificultades que tenía la Iglesia para adaptarse y reformarse al siglo XXI era la herencia “de una visión marcada por el Imperio Romano que divide entre centro y periferias”, explicó José Antúnez, sacerdote, abogado y profesor de filosofía en el medio digital Omnes.
Al viajar el papa Francisco podía unir a las periferias.
Francisco observa la presentación de un grupo de danza folclórica durante su visita a Colombia. Foto:EFE/Mauricio Dueñas
¿Qué se entiende por ‘periferia’?
La ‘periferia’ es un concepto vinculado a lo geopolítico, pero para el primer pontífice latinoamericano eran aquellos lugares que sacaban de la “comodidad, el estancamiento y la tibieza” a la Iglesia Católica, señala el documento ‘Aparecida’, elaborado por el Episcopado de América Latina y del Caribe.
“Esa sería la razón por la que el papa Francisco elegía los lugares más problemáticos, donde cree que su presencia puede propiciar desarrollos positivos o ‘encender una luz’ para que el mundo vea la realidad de estos sitios”, dijo a a Catholic News Service (CNS) Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio Vaticano para la Comunicación, quien acompañó al pontífice en casi todos sus viajes internacionales.
Un recuento de los viajes del papa Francisco
Jorge Mario Bergoglio visitó algunos de los países más pobres del mundo, como Mozambique y Madagascar en 2019 o el Congo y Sudán del Sur a principios de 2023.
También escogió viajar a países en guerra, para abogar por la paz, como lo hizo durante una visita a la República Centroafricana en 2015 o Irak en 2021.
De hecho, Francisco fue el primer Papa en visitar Irak y lo hizo en uno de los momentos más tensos para el país, pero el pontífice no desaprovechó para llevar un mensaje de reconciliación y apoyo, en especial, a la minoría cristiana.
El papa Francisco en Kinshasa, durante su gira apostólica en la República Democrática del Congo. Foto:EFE/EPA/CIRO FUSCO
Francisco escogía ‘los lugares más problemáticos donde piensa que su presencia puede dar paso a desarrollos positivos, o donde puede ‘encender una luz’
Andrea TornielliDirector editorial del Dicasterio Vaticano para la Comunicación
La visita coincidió con la publicación de su encíclica ‘Fratelli Tutti’, que aborda la fraternidad como fundamentos para construir una sociedad más justa y solidaria. Su encuentro con el gran ayatolá Ali al-Sistani, líder espiritual de los musulmanes chiitas en Irak, también fue un momento simbólico del viaje y clave para la misión de su pontificado.
En este país de Medio Oriente, Francisco viajó a la ciudad sagrada de Najaf, a unos 160 kilómetros al sur de Bagdad, principal centro religioso de esta rama del islam y centro de peregrinación de chiitas de todo el mundo. También visitó las ruinas de Ur, la tierra de Abraham, donde subrayó la importancia de la coexistencia pacífica entre diferentes religiones.
Su encuentro con el gran ayatolá Ali al-Sistani, líder espiritual de los musulmanes chiitas en Irak, también fue un momento simbólico del viaje y clave para la misión de su pontificado.
Varios de los viajes del papa Francisco reflejaban su compromiso con el diálogo interreligioso. Él también se convirtió en el primer líder católico en visitar países de mayoría musulmana como Emiratos Árabes Unidos o Bahréin.
Incluso, en su visita a Abu Dabi, en 2019, escribió el ‘Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia’ junto con el jeque Ahmad el-Tayeb, gran imán de la mezquita y la universidad egipcia de Al-Azhar, ampliamente considerada como la principal figura del pensamiento del islam suní.
Luego, en 2022, el papa y el jeque participaron en el 7º Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales en Kazajstán junto a otros 80 líderes religiosos y cientos de delegados.
Francisco posa con el Gran Imán de la Mezquita Istiqlal, Nasaruddin Umar, en Yakarta, Indonesia. Foto:EFE
Unir a los cristianos por el mundo
Por otro lado, el papa aprovechó sus travesías para tender la mano a otras comunidades cristianas.
Por ejemplo, su viaje en 2014 a Jordania, Israel y Palestina lo terminó con una reunión con el Patriarca Ecuménico Ortodoxo Bartolomé de Constantinopla, líder espiritual de los cristianos ortodoxos.
Y, en 2016, emitió una declaración conjunta con el patriarca ortodoxo ruso Kirill de Moscú en La Habana (Cuba), un momento que fue reconocido como el primer encuentro entre jefes de la Iglesia católica y del Patriarcado de Moscú.
Me ha llegado a la memoria el viaje a Colombia, ese encuentro en Villavicencio, donde tantas personas: madres y esposas, contaban su experiencia con el asesino de sus hijos o maridos y decían ‘yo lo perdono’
También, más tarde ese año, viajó a Suecia para participar en una ceremonia conmemorativa del 500 aniversario de la Reforma Protestante con otros líderes cristianos.
El papa, incluso, describió su visita a Sudán del Sur como una “peregrinación ecuménica”, que realizó junto a los líderes de la Comunión Anglicana mundial y el moderador de la Iglesia Presbiteriana de Escocia.
Visitaba campos de refugiados, residencias de ancianos y hospitales
Pero cuando Francisco viajaba, no solo se reunía con grandes líderes, también aprovechaba para visitar a todos los “marginados, olvidados o necesitados”.
“¿Quieren en verdad honrar el cuerpo de Cristo? No lo honren en el templo con manteles de seda, mientras afuera lo dejan pasar frío y desnudez”, explica uno de los textos más consultados por Francisco.
Papa Francisco en la Universidad Chulalongkorn de Bangkok. Foto:Vatican News
Durante su visita a Estados Unidos en 2015, el papa se reunió con el entonces presidente Barack Obama y se convirtió en el primer líder de la Iglesia Católica en dirigirse a una reunión conjunta del Congreso de EE. UU. Sin embargo, inmediatamente después de este momento histórico, almorzó con personas sin hogar en una parroquia de Washington.
“Siempre intenta visitar lugares donde la gente está sufriendo”, dijo Tornielli a CNS, “lugares donde puede sentir la experiencia vivida de la gente”. Por ejemplo, visitaba campos de refugiados, residencias de ancianos y hospitales.
Papa Francisco en su visita a Canadá. Foto:EFE/EPA/CIRO FUSCO
Cuando viajó a Colombia en 2017 para celebrar la firma de los acuerdos de paz con las Farc, en Villavicencio, la segunda ciudad que visitó, el papa Francisco tuvo un emotivo encuentro con cerca de 6.000 víctimas del conflicto armado.
“Me ha llegado a la memoria el viaje a Colombia, ese encuentro en Villavicencio, donde tantas personas: madres y esposas, contaban su experiencia con el asesino de sus hijos o maridos y decían ‘yo lo perdono’”, dijo el papa durante su visita a Irak.
Siempre intenta visitar lugares donde la gente está sufriendo
En uno de sus últimos viajes, en 2024, Francisco visitó cuatro países en Asia y Oceanía en la que se considera su gira más arriesgada debido a su avanzada edad y estado de salud.
La gira duró 12 días, la más larga desde que inició su papado hace 12 años. Tuvo como objetivo dar un mensaje en torno a las crisis derivadas por el cambio climático y reafirmar la importancia que tiene Asia para la Iglesia Católica.
“Es hermoso que las fronteras no representen barreras que separan, sino zonas de contacto; y que los creyentes en Cristo pongan en primer lugar la caridad que une y no las diferencias históricas, culturales y religiosas que dividen”, dijo Francisco en aquella visita. Esa sería la frase que resume el mensaje que quería transmitir Francisco en sus viajes por el mundo.