El anuncio hecho esta semana de frenar la asignación de nuevos subsidios de vivienda del programa Mi Casa Ya podría disparar el número de solicitudes de insolvencia de empresas del sector constructor.
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Y es que esta decisión no solo afecta a más de cuarenta mil familias que esperaban el subsidio para poder tener casa propia, sino que también pondría en jaque a decenas de constructoras que se encuentran adelantando proyectos de vivienda, y da una estocada a otras que venían ya en dificultades.
Según cifras, durante 2024 el número de constructoras en procesos de insolvencia creció en cerca de un 20%, superando las 540, lo que constituye otro récord histórico para el sector. De allí el temor, que la eliminación de los subsidios podría aumentar el número de constructoras en quiebra y destruir una cantidad importante de empleos.
Para Fernando Bustos, experto en procesos de insolvencia y recuperación empresarial, el freno de la asignación de subsidios impacta directamente el tejido empresarial y podría destruir cientos de empresas y miles de empleos.
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“Por un lado pierden las familias, por puesto; pero se afectarán empleos y tejido empresarial. El impacto directo lo recibirá el sector de la construcción, que ya venía atravesando grandes dificultades. El país viene registrando cifras récord de constructoras en quiebra, y la mayor caída en la demanda de unidades de vivienda, que ha perdido casi 15 años de crecimiento. El sector construcción, intensivo en mano de obra, ya había perdido más de 50.000 empleos en lo corrido de este año, número que seguramente crecerá con la eliminación de los subsidios”, dijo el experto.
Bustos explica que actualmente cientos de proyectos de construcción de vivienda se encuentran detenidos por dificultades financieras, principalmente, por el aumento en los costos de los materiales y de los salarios, observados de manera sostenida durante los últimos años.
Fernando Bustos.
“Las constructoras promueven sus proyectos y pactan precios de venta durante la preconstrucción, alrededor de tres años antes de terminar el proyecto. Los incrementos en los costos de los materiales, en los costos financieros y en los salarios han impedido que las unidades de vivienda se puedan construir y vender al precio inicialmente pactado; esta es la razón por la que cientos de proyectos, por todo el país, han quedado a medio construir. Aunque las constructoras han venido buscando alternativas, renegociando con bancos y financiadores, los proyectos siguen parados. Así se logren resolver las dificultades financieras, si no existen programas que dinamicen la demanda, las unidades de vivienda no se venderán, y los costos e intereses terminarán por consumir los proyectos nuevamente, causando la pérdida definitiva de proyectos ya adelantados”.
Para Bustos, más constructoras terminarán en insolvencia, debido la reducción en la demanda de viviendas causada por la eliminación de los subsidios. “Tanto las constructoras que venían en dificultades, como las que han terminado sus proyectos de manera satisfactoria se verán afectadas, ya que, en la mayoría de los casos, los proyectos se financian con créditos bancarios, cuyos intereses corren y deben atenderse oportunamente. Con la pérdida de los subsidios, los proyectos tardarán mucho más tiempo en venderse y tendrán que asumir intereses que, normalmente, equivalen al valor de uno o dos apartamentos mensualmente”.
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Bustos expone que por otra parte está el problema de los desistimientos: al no ser posible construir y vender las unidades de vivienda al precio inicialmente pactado, los compradores que ya han aportado recursos para la compra de su vivienda terminarán en una relación contractual desistida, lo que puede generar multas y sobrecostos adicionales para la constructora, agravando la situación y aumentando el riesgo de quiebra.
¿Qué pueden hacer las constructoras?
“Ninguna empresa viable debería perderse. Los procesos de reorganización empresarial son herramientas poderosas y efectivas con las que cuentan empresas de todos los tamaños para hacer frente a la crisis, renegociar sus obligaciones y reformular sus negocios para recuperar el equilibrio financiero. Actualmente, las constructoras cuentan con alternativas y disposiciones especiales dentro de los procesos de insolvencia, diseñadas para que puedan continuar con el desarrollo de sus negocios, reorganizar sus pasivos y superar la crisis, conservando la autonomía en la toma de decisiones y la administración de los negocios. Es necesario que las empresas se asesoren y conozcan a fondo las alternativas, que las protegen de demandas de cobro, o de ejecución, mientras encuentran alternativas y negocian con sus financiadores y compradores. El tiempo es clave. El pronto inicio de las negociaciones reduce los costos y ofrece mayores posibilidades de recuperación para la empresa”, concluyó.
