Las lluvias no han dejado dormir a México. Sigue lloviendo, pero ha bajado de intensidad lo suficiente como para que la maquinaria pesada pueda empezar a retirar el lodo de las calles. Como para que el recuento de fallecidos suba a flote y sume ya 41 personas. Como para que las autoridades de los cinco Estados mexicanos afectados empiecen a hacer balance de daños, ofrezcan recopilaciones de cifras de carreteras cortadas, de viviendas afectadas, de ríos desbordados, de hogares sin electricidad o de albergues habilitados que dan cuenta de los estragos que han dejado las últimas 60 horas de lluvias en Hidalgo, Puebla, Veracruz, Querétaro y San Luis Potosí. “Sigue lloviendo”, ha advertido de todas formas este sábado el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, donde además de haber nueve muertos, ocho personas están desaparecidas.
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