Menos de dos días duró la crisis diplomática que se desató el pasado fin de semana entre Estados Unidos y Colombia, por la no recepción de dos aviones con deportados que envió el gobierno Trump, y que fue superada gracias a la carrera contrarreloj de los equipos consulares de ambos países, que antepusieron los intereses de ambos países a la pelea entre Donald Trump y Gustavo Petro.
Pasado lo peor de la tormenta, los analistas económicos sostienen que este tipo de episodios dejan muchas enseñanzas, comenzando por la necesidad de tener cabeza fría cuando se habla de relaciones diplomáticas y desarrollar una visión holística que ponga sobre la mesa todos los pro y contra de una decisión, antes de tomar cualquier decisión.
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María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, celebró el acuerdo, que se garantizó el derecho a regresar al país a las personas deportadas y que ya no haya sanciones; indicó que este hecho deja muchas lecciones para aprender sobre el trabajo en equipo y la fiscalización de la sociedad al uso del poder.
“Si bien esta crisis parece estar superada, lo ocurrido debe ser una lección para reforzar el trabajo conjunto entre todos los sectores de la sociedad, con el fin de fortalecer y preservar las relaciones estratégicas entre ambos países. El diálogo y la cooperación deben seguir siendo la base de nuestra relación bilateral”, indicó.
Situación en la Embajada de Estados Unidos en Colombia
Mauricio Moreno / EL TIEMPO
Aunque el gobierno estadounidense dijo que Colombia había aceptado todos los términos de deportación, advirtió que las sanciones de Estados Unidos sobre el mercado local se mantendrían hasta que se cumpla el recibimiento irrestricto “de todos los extranjeros ilegales de Colombia regresados de los Estados Unidos, incluso en aviones militares estadounidenses, sin limitación ni demora”.
Precisamente el punto del regreso en aviones militares y bajo condiciones que calificaron como “humillantes”, fue el detonante que llevó a que el presidente Petro se negara a recibirlos y a que ordenara que se enviara el avión presidencial hasta los Estados Unidos para su liberación. Dicho esto, ahora solo basta que se cumplan los trámites para que todo regrese a la normalidad, aunque quedarán varias marchas negativas para Colombia.
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Lecciones aprendidas
Portafolio conversó con varios analistas y expertos en temas de política económica e internacional, quienes destacaron que hay que seguir de cerca aspectos como la confianza inversionista, la incertidumbre fiscal, el estado de la deuda y la visión de riesgo del país, los cuales podrían sufrir contratiempos en el corto plazo.
Para el analista financiero, Andrés Moreno Jaramillo, Colombia fue el “chivo expiatorio” para que el presidente Donald Trump pudiera mostrar el poder y la fortaleza de sus polícia antiinmigrantes en los Estados Unidos y que pese a que el presidente Petro protestó por lo que estaban haciendo, su poder no era suficiente para generar cambios.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos
Bloomberg
“Deja a Colombia muy mal parqueada, fue una metida de pata que ojalá no tenga mayores consecuencias. Va a haber miedo, mientras esté Petro, de invertir en Colombia y de hacer operaciones. En cualquier momento, Petro, tres de la mañana, se toma un café y va a fastidiar a Estados Unidos, generando estas inestabilidades”, opinó Moreno Jaramillo.
Otro de los frentes que quedará marcado es el turismo, ya que para este experto, “Petro está sembrando el odio y la división es compleja, Estados Unidos es nuestro principal socio comercial y pues claramente si los países no tienen una política amigable en lo que se pueda, va a ser complejo”, al tiempo que calificó como “atrevida”, la protesta del mandatario nacional por medio de sus redes sociales.
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Heridas económicas
Entre tanto, para el rector de la Universidad EIA y exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, esta crisis puso al país bajo mayor escrutinio, con implicaciones de largo plazo para la relación bilateral, que solo alimentarán la incertidumbre afecta el nearshoring y la relocalización de empresas para exportar a Estados Unidos.
“La consecuencia más peligrosa es habernos puesto en el radar de los Estados Unidos, al inicio del gobierno Trump, con todas las implicaciones que tiene un gobierno de esta naturaleza y sin haber siquiera empezado a debatir el otro problema de fondo que es la producción de coca en nuestro país”, explicó.
Para Restrepo Abondano, lo anterior derivará “en otra serie de dificultades frente a esta relación y está vigente ya la sanción. Porque si bien se levanta digamos el problema parcialmente, las sanciones quedan ahí para ser firmadas, pero ya quedaron anunciadas”.
De forma similar opinó César Pabón, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, quien centró sus percepciones en las implicaciones que todo lo sucedido tendrá sobre el precio del dólar y la confianza inversionista.

Importaciones
iStock
“Casi la mitad de la inversión extranjera directa y de las remesas que llegan a Colombia provienen de esta nación. Por lo tanto, perder la confianza de este socio estratégico histórico tiene implicaciones significativas tanto en términos económicos como sociales para el país, y la posible disminución de inversiones provenientes de Estados Unidos impactará directamente la economía colombiana”, destacó.
Si bien reconoce que hay quienes argumentan que otras inversiones podrían llenar este vacío, Pabón dejó claro que “la incertidumbre generada por esta ruptura tendrá efectos sustanciales en el mediano y largo plazo. Las decisiones de los inversionistas estadounidenses y sus socios tienden a ser de carácter estratégico y a largo plazo, lo que dificulta que se reviertan rápidamente”.
No todo es malo
Pese a todo lo anterior, para Henry Amorocho, profesor de la Universidad del Rosario, Colombia se encuentra en una coyuntura favorable gracias al comportamiento positivo de tres variables clave: la inflación, la tasa de cambio y las tasas de interés, que en su concepto han generado un “tríptico de precios” que aumenta el atractivo para la inversión tanto interna como externa.
“Tener una menor tasa de cambio, una menor inflación, y desde luego al ver que estos dos precios están cayendo, indiscutiblemente la reacción es que la tasa de interés también debe disminuir y en mi sentir vamos a llegar a 650 puntos básicos al final de diciembre. Entonces este tríptico de precios va a garantizar que las cosas mejoren”, sostuvo.
No obstante, sugiere que haya mesura en el futuro, ya que “lo bueno que se venía haciendo en materia de la política económica podría haber cogido otro terreno” y destaca la importancia de contar con buenos equipos en la parte diplomática, que para él “estuvo a la altura” y permitió superar pronto el impasse.