El management moderno y la teoría de organizaciones atribuyen los resultados de cualquier organización esencialmente a las decisiones que se toman en su interior a lo largo del tiempo y a la manera en que estas elecciones generan una conversación efectiva con el entorno.
Aclarando que un país es un tipo de organización, a continuación presentaremos de forma cuidadosa, las conclusiones procedentes del estudio de las series históricas asociadas a diferentes indicadores micro y macroeconómicos, para un período comprendido entre la mitad del siglo veinte hasta la época actual. El objetivo es analizar las decisiones que generaron tales cifras y los efectos sobre nuestra realidad actual. Si bien se trata de una revisión centrada en el caso colombiano, no cave duda de que los mismos patrones son observables en la mayoría de países latinoamericanos.
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Empecemos con las finanzas gubernamentales, una dimensión de absoluta relevancia para cualquier país. Es evidente que venimos aumentando nuestro gasto público de manera sostenida a lo largo de las décadas recientes, sin embargo, lo que muestran las cifras es que los resultados no son los que esperábamos.
El drástico aumento del gasto público no parece tener ninguna incidencia sobre la desigualdad. Durante años nos han dicho que mediante redistribución, impuestos y gasto podemos reducir las diferencias en ingreso y riqueza, pero lo que vemos en los datos, a lo largo del tiempo, es un crecimiento drástico del gasto al tiempo que la desigualdad permanece invariable. De otra parte, tampoco es claro que semejante incremento siquiera haya tenido efecto contundente sobre la reducción de la pobreza.
Lo que sucederá en 2025 en Colombia.
Cada vez el Estado se queda con una porción más grande de las horas de trabajo y el valor producido por la sociedad, adicionalmente cada vez se endeuda más; sin embargo, el país no se desarrolla. Una variable que en términos reales no muestra una evolución consecuente con el incremento del gasto público es el ingreso per cápita. Entonces, ese fuerte aumento en el gasto y la deuda no solo no tiene incidencia real sobre la desigualdad y la pobreza, sino que no está generando mayores ingresos y riqueza.
De hecho, la estructura productiva del país ha permanecido invariable durante años, seguimos produciendo y vendiendo al mundo lo mismo de hace décadas, el gasto no ha servido para migrar a sectores más sofisticados que nos permitan agregar más valor, recibir más ingresos y solucionar estructuralmente nuestros problemas de pobreza.
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A pesar del crecimiento de la deuda y del gasto público, no estamos invirtiendo en cosas que generen valor social en el largo plazo, su composición ha permanecido casi invariable a lo largo del tiempo y en vez de centrarse en inversión altamente rentable socialmente, se focaliza en diferentes tipos de subsidios y transferencias monetarias a poblaciones específicas, que como hemos visto no parecen tener efecto cierto sobre la desigualdad y la pobreza.
Tengan en cuenta que hace décadas venimos actuando de la misma manera, por lo que esta situación es responsabilidad de múltiples gobiernos y diferentes facciones políticas.

Pago de empresas
Continuemos con el estudio de una dimensión de absoluta relevancia para el desarrollo humano, la facilidad para emprender, desarrollar nuevos proyectos y materializar nuestras expectativas.
Los datos nos muestran que las decisiones que hemos tomado durante todos estos años han configurado un entorno que dificulta el proyecto de vida de las personas, pero al parecer, no somos conscientes de nuestra responsabilidad en el proceso.
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La economía institucional hace énfasis en los costos de transacción, para evitar ser innecesariamente técnicos podemos asociar este concepto a lo fácil o difícil que es lograr un resultado en uno u otro país. Fácil significa bajos costos, difícil altos costos de transacción.
Nuestra cultura, por cuenta de la acumulación paulatina de pequeñas decisiones que parecen inofensivas, ha venido construyendo un contexto en el que sencillamente es difícil lograr resultados. Las decisiones en diferentes dimensiones tributarias, de movilidad, jurídicas por mencionar algunas; hacen todo difícil, desde moverse, interactuar con otros, comprar, vender, estudiar, hasta hacer un trámite, una transacción o acceder a algún tipo de recurso.

Empresas
Cuáles son las consecuencias de esta dinámica, trabajamos más que la mayoría de países para lograr resultados en todo caso inferiores a ellos, somos menos competitivos, que los que tienen más facilidades, dificultamos nosotros mismos nuestra capacidad para crear valor por lo que seguimos siendo pobres, en fin, haciendo difícil todo, nos mantenemos en el subdesarrollo.
Las decisiones que hemos venido tomando a lo largo del tiempo en materia de finanzas gubernamentales, la facilidad para emprender, desarrollar nuevos proyectos y materializar nuestras expectativas, han configurado un entorno microeconómico que actualmente no muestra buenas señales:
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De acuerdo con las cifras, las utilidades de las empresas grandes, que tienen mayor capacidad para protegerse de lo que pasa en el entorno y generan más de la mitad del empleo formal, volvieron en 2023 a niveles similares a los de la pandemia o inferiores en el caso de sectores de alto impacto sobre población de bajos ingresos.
Por su parte, la creación de empresas se redujo de 2022 a 2023 de forma importante, mientras los resultados de las micro, pequeñas y medianas empresas con capacidad limitada para enfrentar el entorno, vienen en paulatino deterioro hace ya varios años.

Empresas
En conclusión, las decisiones de los últimos gobiernos han impactado negativamente el desempeño de la economía real, la caída en el recaudo de impuestos nos alertó recientemente al respecto, factores como el desmedido y poco técnico aumento de los gravámenes, acompañado de gasto de muy mala calidad que se comen la economía, el error ingenuo de descontrolar la inflación, el aumento persistente de la tasa de cambio, la generación de marcada inestabilidad económica, política y una consecuente profunda incertidumbre; han deteriorado el sector productivo, del cual derivan sus ingresos los hogares, esencialmente como microempresarios que se lucran de pequeños márgenes, pequeños inversionistas que tienen sus ahorros en fondos que invierten en grandes empresas o empleados que trabajan en dichos negocios.
ARMANDO ARDILA
Directivo Teknidata Consultores, Profesor de Estrategia y Proyectos Complejos.