Colombia tiene un Dane que cuenta cuántos colombianos existen y mide la inflación cada mes, pero no nos dice cuántos colombianos murieron cada mes y las causas, como que no lo atendieron en una urgencia, porque ya no hay sala de urgencias, que no le dieron un medicamente del que dependía, o el tratamiento que le mantenía con vida ya no lo pueden ofrecer. Por ello sacaron en la Semana Santa esta carta no con un sermón de 7 palabras, sino con las que a su entender describen el drama de los pacientes en el país. En ella expresan el drama de los parientes que tienen riesgo vital, y el suyo propio: el ver morir lentamente a un ser querido por la indolencia de quienes destruyen el sistema de salud.
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La carta dice: “A quienes aún creen que no les va a tocar:
Hay siete palabras que hoy gritan más fuerte que cualquier discurso, más fuerte que cualquier excusa oficial. Siete palabras que recorren hospitales, salas de espera, farmacias vacías y hogares llenos de angustia: No hay. No autoriza. No sabemos. Espere.
Cada una de ellas encierra una tragedia. Un paciente con cáncer que escucha “no hay” cuando llega por su quimioterapia. Un niño con epilepsia cuya madre suplica frente a una ventanilla y recibe un “no autoriza”. Una abuela en dolor a quien le dicen “no sabemos cuándo lo atenderán”. Una persona con VIH que espera su medicamento desde hace semanas. Y todos, todos, escuchamos lo mismo al final: “espere”.
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¿Esperar qué? ¿Que el sistema colapse del todo? ¿Que la enfermedad avance? ¿Que sigan muriendo pacientes?
Esta carta no es solo un grito desesperado. Es también una promesa: no vamos a callarnos. Somos pacientes, familiares, cuidadores, ciudadanos. No somos cifras ni trámites. Somos personas con derechos.
Exigimos respuestas. Exigimos respeto. Exigimos acción, exigimos se garantice el derecho a la vida.
El sistema de salud está fallando, y detrás de cada fallo hay una vida en riesgo. No pedimos milagros. Pedimos dignidad. Pedimos que la salud deje de ser un juego político e ideológico y vuelva a ser un derecho fundamental.
A usted que lee esto: también podría ser su historia. Hoy somos nosotros. Mañana, puede ser usted quien escuche esas siete palabras.
No hay dinero para la salud, No hay camas, No hay autorizaciones, No hay red, No hay citas médicas, No hay medicamentos, No hay gobierno que pare la crisis de la salud.
Y entonces, entenderá por qué hoy escribimos esta carta”.
Firmado: Pacientes de Colombia.
Porque vivir no puede ser un privilegio, es un derecho fundamental
Archivo particular
