Meg St-Espirit compartió en el medio Business Insider que, al lado de su familia, cada año acude a la celebración anual de luces navideñas que da inicio a la temporada festiva en el distrito Bellevue, en Pittsburg.
La mujer suele acudir con sus niños pequeños y acepta que caminar con cuatro menores por una calle repleta no es fácil, pero no quieren perder la oportunidad de encontrarse con sus vecinos y celebrar las fiestas.
Sabiendo que deben estar preparados, ahora que sus hijos tienen 13, 11 y 6 años, a los más grandes les han dado mayor independencia, lo que incluye celulares seguros y tarjetas de débito aptas para ellos.
Por ello, cuando en el festival pasado su hijo de 11 desapareció prácticamente de inmediato, se sintieron confiados debido a que a través de su celular podían conocer su ubicación exacta e, incluso, recibieron notificaciones de gastos que les dejaban saber que estaba bien hidratado y abrigado.
Finalmente tras su aventura, el menor les envió un mensaje de texto preguntando si podía quedarse para ayudar a limpiar, le dijeron que sí. Unas horas después, llegó finalmente a salvo a casa.
La razón por la cual una familia de Estados Unidos se siente segura aunque pierda de vista a sus hijos
La experiencia de perder de vista a su hijo de 11 años no fue la primera que vivieron. Hace unos años, perdieron brevemente a su hija más pequeña en el mismo evento de Navidad.
Meg St-Espirit dijo a Business Insider que si bien se sintieron asustados, estaba convencida de que los adultos del pueblo la cuidarían. De hecho, lograron encontrarla cuando una vecina, a la que apenas conocían, levantó a la menor por encima de la multitud para que sus padres pudieran encontrarla.
Así, la clave por la cual se sienten seguros de acudir en familia a un evento lleno de gente es que confían en su comunidad. “No es fácil apoyarse en los vecinos, pero he aprendido durante nuestra década en este pequeño pueblo que las personas están dispuestas a cuidarse entre sí si abres tu corazón y se los permites”, escribió en el artículo.
Luego de la experiencia que enfrentaron tras perder por algunos momentos a su hija en el desfile navideño, comprendió que podía confiar en su comunidad, pero que también debía dar herramientas a sus hijos por si la situación volvía a presentarse.