Luego de un año en el que la crisis fiscal y la incertidumbre por los ingresos y gastos de la Nación fueron protagonistas, el llamado de los economistas por estos días es a que no se repitan los errores del pasado y para el 2025 se hagan todos los esfuerzos por recomponer el paso y recuperar la confianza en el país.
En diálogo con Portafolio, Mauricio Salazar, director del Observatorio Fiscal de la Javeriana sostuvo que lo más importante es sincerar las cuentas y no sobreestimar proyecciones como las de recaudo tributario, entendiendo que el país pasa por un momento complejo.
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¿Cómo cierra el tema fiscal?
Con incertidumbre de si somos capaces de cumplir la regla fiscal. Estamos en un contexto en el cual, el año pasado se sobreestimaron los ingresos que iba a tener la Nación, y posteriormente se tuvieron que anunciar recortes, el primero de ellos por $20 billones, que después se subió a $28 billones y por estos días ya se dice que es de $33 billones.
Es la primera vez en la historia que estamos viendo decretos de recorte de una magnitud bastante amplia. No se ha visto antes, y lo preocupante es que cuando uno mira cifras de recaudo y demás, las estimaciones nuestras es que ese recorte debe ser mayor, aunque la palabra final la tiene el Ministerio de Hacienda.
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¿Por qué mayor?
Porque estamos ante una incertidumbre muy grande de si vamos a poder cumplir o no la regla fiscal. Ya sea por el lado del gasto o por el de los ingresos, las cuentas no cuadran y se debería apuntar a recortar al menos $50 billones.
Ahora bien, por el lado de las instituciones hay que decir que también se observa una ejecución muy baja, con la que puede ser que se cumpla la regla fiscal, pero eso no quita que el desbalance se originó porque no entró todo el dinero que se tenía pensado y eso hoy nos tiene en un rezago de ejecución.
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¿Por qué estamos apretados?
Cuando uno mira cómo ha venido el recaudo, cómo vienen las utilidades de los ingresos de capital, las utilidades de Ecopetrol y demás, se piensa que tal vez puedan llegar a ser suficientes para cumplir regla fiscal y suplir las necesidades de gasto que hay. No obstante, cuando se habla de recorte desde el Gobierno, la realidad es que básicamente no hay ingresos de capital suficientes para ese nivel de gasto, a los rangos expresados.
Entonces, la ecuación es, si no hay ingresos suficientes, pues no hay forma de gastar lo que se propuso, las cuentas se aprietan. Por eso es que insistimos en llevar el recorte más allá y entender que en este momento la economía exige apretarse el cinturón.
¿Vaso medio lleno o medio vacío?
Yo prefiero el realismo de los datos. Desde el punto de vista fiscal, el comportamiento macroeconómico agregado de lo que pase con la tasa de interés mundial y con la tasa de interés local. Hay una parte en la cual se tiene control, pero otra en la que no y lo mismo pasa con los precios del petróleo.
Por todo eso es mejor pararse en el realismo de decir, de acuerdo a cómo se den las cifras de crecimiento y demás, se deben hacer presupuestos ajustados a la realidad para no dar promesas incumplidas. No sé si eso sea un vaso medio lleno o medio vacío, pero el punto es que en la medida en que un gobierno sea responsable de hacer promesas factibles y cumplibles, pues como sociedad sabemos exactamente para cuánto tenemos y para qué.
![Ministerio de Hacienda y Crédito Público](https://laconsentidafm.net/wp-content/uploads/2024/12/65e9f7f18b3d4.jpeg)
Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
¿Que alistar para el 2025?
El gran punto es hacer presupuestos apegados a la realidad. Hemos sido uno de los actores que ha dicho que el presupuesto 2025 es el presupuesto más inflado y en ese caso debemos ver lo que ya nos pasó este año, con las expectativas y el recorte, para no sobreestimar la capacidad de la economía.
El 2025 va a ser un año que viene con más crecimiento económico que este y con menor inflación, esos dos factores deberían ayudarle a las cuentas fiscales de la Nación, pero hay que ayudarnos como país, para que además los acreedores del estado colombiano vean que es una deuda que va a ser honrada. En la medida en la cual tengamos unas cuentas fiscales que no cuadran, pues básicamente nos van a prestar a una tasa de interés mucho más alta debido a la incertidumbre.
¿Por dónde empezar?
A dos mil veinticinco lo que yo diría es que hay que sincerar las cuentas, simplemente se debería ajustar relativo a lo que pasó en este año, revisar el Presupuesto que se presentó en julio de 2024 donde hay amenazas fiscales porque los ingresos no van a ser suficientes.
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Ya en la realidad que nos muestra diciembre, tenemos claro que la distancia de ingresos va a ser mayor, y por ende se debería haber un presupuesto mucho más ajustado con la realidad, que entienda que es momento de ajustar el gasto.
¿Qué opina de la reforma al SGP?
Una de las cosas que hemos identificado es que este proyecto, para ser fiscalmente viable, requiere una reingeniería completa del Estado, y justamente una reingeniería de esta magnitud no se realiza en seis meses. Lo que considero clave es que la ley debe ser clara: hemos empezado al revés. Primero se fijó el monto de las transferencias y después se cuestionaron las capacidades reales que se pueden transferir efectivamente a los territorios.
![Construcción](https://laconsentidafm.net/wp-content/uploads/2024/12/65dcc337889ae.jpeg)
Construcción de vivienda y obras civiles.
Esto se da, además, en el peor contexto posible para una reforma del Estado. En este momento, las cuentas fiscales son inciertas, pero seguimos adelante. Es fundamental que la ley contemple un proceso para investigar cuáles son las capacidades que deben transferirse del Estado central a las regiones.
¿Qué riesgos hay en este frente?
Si no se hacen los ajustes, corremos el riesgo de que, al enviar mayores recursos sin las capacidades necesarias, el costo del Estado aumente drásticamente y esto rompería la regla fiscal y agudizaría los problemas de financiamiento. Si no hay plata este año, menos la habrá al duplicar los ingresos corrientes enviados a las regiones.
La ley debería especificar qué ocurre si, en la práctica, al estudiar las capacidades territoriales, encontramos que no se puede llegar al 39,5% de los ingresos corrientes. Esta cifra, producto de una negociación política, representa un triunfo para las regiones porque recibirán más dinero, pero esto se hará a costa de la estabilidad de las finanzas públicas de la Nación.