BRUSELAS — Margrethe Vestager, la autoridad antimonopolio de la Unión Europea que ha sido la principal crítica mundial de la industria tecnológica, caminó recientemente por su oficina en Bruselas preguntándose qué hacer con las cosas que había acumulado durante una década en ese puesto, que finalizó el mes pasado.
En cierto momento, se detuvo para levantar una escultura de una mano que extendía el dedo medio.
“¿Qué debo hacer con esto?”, preguntó Vestager, de 56 años. El dedo medio, dijo, era un recordatorio de no dejar que los detractores te depriman.
Vestager, una política danesa, ha enfrentado a muchos detractores a lo largo de los años. Cuando fue nombrada policía antimonopolio en el 2014, se convirtió en una de las primeras funcionarias gubernamentales del mundo en presentar agresivamente casos y multas contra Google, Apple y Amazon por realizar prácticas comerciales ilegales y tratar de bloquear la competencia. En ese entonces, los titanes estadounidenses estaban creciendo rápidamente y eran muy populares por sus innovaciones. Vestager lidió con críticas por sus acciones, con los líderes tecnológicos diciendo que estaba asfixiando la economía europea al ahuyentar a las startups de construir en la región.
En el 2018, el Presidente Donald J. Trump presuntamente dijo que ella “realmente odia” a Estados Unidos.
Pero al tiempo que Vestager finaliza su era en Bruselas, la regulación de la industria tecnológica se ha vuelto más común en todo el mundo. Gracias a ella, Europa ahora es ampliamente vista como la pionera de las leyes más duras contra la tecnología.
En los últimos años, los reguladores estadounidenses han seguido el ejemplo de Europa al presentar demandas antimonopolio contra Google, Apple, Meta y Amazon. Los reguladores en Corea del Sur, Australia, Brasil, Canadá y otros lugares también están enfrentando a los gigantes tecnológicos.
“Es extremadamente satisfactorio”, dijo Vestager a The New York Times, añadiendo que lloró cuando el tribunal más alto de la Unión Europea le dio una victoria inesperada en agosto en un prolongado caso de evasión fiscal contra Apple.
“La gente pensaba que estábamos locos porque hace 10 años las grandes empresas tecnológicas eran intocables”, dijo. “Eran las empresas más admiradas, más innovadoras y más prometedoras que te pudieras imaginar”.
Incluso en Washington, Vestager ha pasado de ser una marginada a una pionera. En septiembre, recibió una ovación de pie durante una visita al Departamento de Justicia de EU.
Vestager ahora se prepara para asumir un puesto en una universidad danesa. Teresa Ribera Rodríguez, una funcionaria española, asumirá el cargo de principal regulador antimonopolio de la Unión Europea.
Muchos en la industria criticaron el enfoque duro de Vestager, diciendo que dañó a la industria tecnológica europea y amplió su reputación como creadora de burocracia.
Pero algunos ex colegas dijeron que las regulaciones de la región no iban lo suficientemente lejos. Google, Apple, Amazon y otros se han vuelto aún más poderosos durante la última década.
Vestager dijo que estaba orgullosa de su labor, pero que sólo había sido un éxito “parcial”. Dijo que quisiera que su oficina se hubiera movido más rápido. Exhortó a los reguladores de todo el mundo a ser “más audaces”.
Hasta hace poco, Estados Unidos era conocido por su no intervención en la supervisión de la industria tecnológica. Vestager elogió el enfoque más agresivo de la Administración Biden, que ha incluido supervisar juicios antimonopolio contra Google. En un caso, el Departamento de Justicia está presionando para que se desintegre el gigante de Internet.
Que un regulador estadounidense diera un paso tan importante tendría un efecto dominó a nivel mundial y podría cambiar el comportamiento de la industria, dijo Vestager.
Dijo que era “muy difícil decir” cómo cambiarían las cosas bajo Trump, pero destacó la rapidez con la que los líderes tecnológicos lo felicitaron por su victoria.
“Cuando se vio con qué rapidez los líderes tecnológicos felicitaron al Presidente electo Trump, te das cuenta de que había una gran esperanza de que todo esto cambiara”, dijo.
Vestager dijo que evitaba leer comentarios tóxicos en línea, los que, afirmó, tenían un efecto peligroso en la democracia porque se asustaba a la gente —en particular a las mujeres— para que no participaran en la política.
“He escuchado a muchas mujeres jóvenes, talentosas, apasionadas y ambiciosas decir, ‘No quiero que eso sea parte de mi vida’”, dijo.
Añadió, “Uno de los fundamentos del modelo europeo es el estado de derecho y la igualdad de trato, y eso debe ser para todos”.
