El concepto de equilibrio motivó la realización del libro ‘Canasta familiar’ y por ello, no fue cabalístico que su autor, el sociólogo y poeta Alejandro Sánchez, escribiera ocho cuentos en el manuscrito que envió en 2022 al Premio Nacional de Cuento Isaías Peña Gutiérrez y del cual, ocho meses después, volvió a tener razón cuando los organizadores del certamen (la Universidad Central y la editorial independiente Escarabajo) le dieron la noticia de su tercer puesto en dicha convocatoria nacional.
Alejandro es manizaleño y más que cuentista se considera “escritor en todo el sentido de la palabra” y ha decantado su talento a través del ensayo académico y la poesía, otra de sus pasiones que este año le mereció el segundo lugar en la décima edición del Premio Nacional de Poesía Obra Inédita (por Aguas adentro) y que, además, inspiró el tema de su tesis de grado para la Maestría de Literatura y Cultura del Instituto Caro y Cuervo sobre la poesía en la más reciente producción musical del grupo de hip hop Alcolirykoz; materia prima del que (espera) será su próximo lanzamiento literario.
¿Alguna afinidad a esa relación entre la poesía y el cuento?
Poesía y cuento están muy relacionados. Me gusta escribir con imágenes y la poesía a veces es pura imagen; como soy sociólogo, me considero un hombre de la razón, de la academia, y por eso me gustan también los argumentos. Y allí el poema me restringe un poco (aunque a la vez me permite ser más hondo), mientras que el cuento me permite lograr unas historias un más amplias. Me considero un escritor muy breve y por ello transito entre ambos.
¿Por qué incluyó ocho cuentos en su ‘Canasta familiar’?
La arquitectura de este libro es interesante, pues quise crear diálogos intergeneracionales. Para lo cual construí el libro en cuatro partes, es decir, cuatro generaciones: la primera es la de los abuelos y tiene dos cuentos; en uno de ellos la abuela es protagonista y en el otro, el abuelo. Viene la generación de los hijos, donde hay dos cuentos; sigue la generación de los nietos donde también hay dos cuentos y, por último, las mascotas, porque noto que contemporáneamente, muchas personas las reconocen parte de la familia. Me interesaba crear ese equilibrio generacional y sobre todo dentro del objeto que es el libro en sí.
¿A qué respondió la elección del título?
Siento que la literatura es un vehículo político e imaginaba que, ojalá, la gente cuando llegara el fin de mes incluyera un libro en su canasta familiar. Sé que, como individuos, tenemos otras preocupaciones y necesidades, pero como he tenido la fortuna de ser librero, mediador de lectura, docente e investigador en estos temas de la lectura, reconozco el papel de un libro en nuestras vidas. Además, quería jugar con algo que pasa mucho y es que algunos autores titulan a su libro de cuentos igual que alguno de los relatos que están en su interior. Pero yo no quería hacer eso, quería algo diferente porque me parece interesante tratar de abarcar de alguna manera un conjunto.
¿Por qué se percibe tanta disfuncionalidad familiar en este libro?
Creo que la familia es un territorio sentimental y por ello, una casa, que es donde viven todos los personajes, suele ser un espacio de violencia que a veces se normaliza o se ignora y por ende, nunca se afronta sino que se padece porque creo que existe una resignación ante ese dolor que nos procuran los demás y, sobre todo, si son a quienes tenemos más cerca, a quienes llamamos familia y de ahí que pensé a esta familia como una familia rota. La matrioshka representa a este conjunto de personas que se denomina familia y que está contada a partir de retazos de cada integrante, lo cual me permitió lograr que los abismos que separan a un cuento de otro (que son abismos generacionales), sean entendidos como esos espacios donde los personajes del libro se hacen más cercanos y necesarios ya que, querámoslo o no, hay comportamientos que se repiten generacionalmente.
¿Tuvo alguna influencia de las constelaciones familiares a la hora de escribir Canasta familiar?
Es curioso, pues siempre quise estudiar psicología, pero en mi casa no había plata y por eso estudié sociología; además, hace poco alguien me comentaba sobre las constelaciones familiares, pero realmente no es un tema de mi experticia y, de hecho, recién me familiaricé con este concepto. No obstante, sí siento que son historias que hablan de la necesidad de escapar de la familia (…) Yo quería explorar esa pregunta: ¿por qué soy así? Y en esa necesidad de escapar de la familia o de comprenderla, empieza uno a entender las dinámicas del abandono, del machismo y del amor sobre todo, a partir de todo lo que se calla; es allí en donde está la parte más psicológica de mi libro.
‘Canasta familiar’. Foto:Cortesía del autor
¿Tiene alguna filiación con el costumbrismo?
Si bien en mi generación y en las que me anteceden ha existido una preocupación en torno al significado de la familia, creo que hay un poco de todo eso, de tratar de sugerir cómo han sido las familias y cómo han evolucionado; sin embargo, el adjetivo de costumbrista me incomoda un poco, pues me gusta pensar en las apuestas que hice con este libro, por ejemplo, pensar un cuento como un diario, o como una tarea escolar. Si bien hay vetas costumbristas, creo que hay gestos contemporáneos con la intención de expandir lo que se entiende por cuento.
Este año la tendencia literaria fue la familia. ¿Qué opina al respecto?
Uno se da cuenta de ese tipo de cuestiones después de que escribe y sí, es muy curioso que hay conmigo tantos autores reflexionando sobre lo mismo. Tal vez se debe a nuestro interés por buscar posibles respuestas a preguntas en nuestra cotidianidad. Y la familia es una de ellas: ¿de dónde vengo, por qué mi familia es así (…) Si bien todas las familias son diferentes, habrá puntos de encuentro en los dolores, en las cosas que se callan, y sobre todo, creo que se habla de la familia porque termina siendo una pregunta constitutiva de nuestra cotidianidad. La familia agrupa el amor, los sueños, las frustraciones y al ser un tema universal, aglutina y le permite, a uno como escritor, abordarla desde varias perspectivas.
Pilar Bolívar Carreño
Para EL TIEMPO
@lavidaentenis