En nuestro país, se hace evidente la paradoja por la que estamos atravesando: nos acercamos cada vez más a la excelencia en eficiencia, que se refiere a la capacidad de hacer las cosas bien, con el menor uso de recursos posibles, pero nos estamos alejando al mismo tiempo de la traducción que debe tener la misma para la satisfacción de los grupos de interés y que se logra aumentando los índices de eficacia. Tenemos unidades de negocios sobresalientes, pero no estamos siendo capaces, como país, de integrar estos grandes esfuerzos.
Un ejemplo claro de esta situación lo encontramos al analizar el resultado del Índice de Rendimiento de Puertos de Contenedores (CPPI) del año 2023, desarrollado por el Banco Mundial y S&P Global Market Intelligence, publicado el pasado 4 de junio. Este índice mide el desempeño de 405 puertos de contenedores a nivel mundial, e indicó que Cartagena ocupó el puesto 3 y Buenaventura la posición 44. Fuimos el único país de la región en ubicar dos puertos en el top 50.
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Mientras en estos escenarios que miden la eficiencia al interior de los puertos vamos mejorando con cifras que asombran a propios y extraños, los números que demuestran la eficacia y que son claves para la competitividad, no son los más alentadores. En el caso de los puertos colombianos, la eficiencia se refleja en la rapidez y el costo reducido de las operaciones portuarias. Sin embargo, la eficacia se ve comprometida con factores como la infraestructura vial y ferroviaria, la logística y la seguridad.
Índices determinantes en competitividad
La competitividad de un país se mide a través de varios índices determinantes, que ya tuvimos oportunidad de analizar para este mismo diario meses atrás. La conclusión es que según el Índice de Desempeño Logístico (LPI) del Banco Mundial, Colombia ha mostrado mejoras en la última década, pero ha retrocedido en su desempeño logístico en los últimos cinco años. Factores como la eficiencia del despacho aduanero, la calidad de la infraestructura relacionada con el comercio, el transporte, la capacidad de seguimiento y localización de los envíos son cruciales para mejorar la competitividad.
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Actualmente, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) se encuentra actualizando la Encuesta Nacional Logística (ENL), en la que ha identificado los principales desafíos y oportunidades del sector logístico en Colombia. Esta encuesta es una herramienta clave para evaluar y monitorear el sistema logístico colombiano, y su información debe ser utilizada para implementar políticas públicas que mejoren los índices de competitividad. Sin duda una oportunidad importante para identificar en lo que debemos mejorar y que debe reflejarse en la próxima medición el Costo Logístico Nacional, en el que también desmejoramos entre el 2018 y el 2022 (12,6% a 17,9%) esto traduce que por cada 100 pesos que le cuesta a un empresario tener en el mercado sus bienes, ocupa casi el 20% en logística. Que a todas luces le resta competitividad a nivel internacional.
Por otro lado, el Estudio Económico de la Ocde para Colombia en 2024, publicado el 17 de septiembre, destaca la importancia de mejorar la infraestructura de transporte para impulsar el crecimiento económico y la competitividad del país. Según el informe, la calidad de la infraestructura de transporte en Colombia es deficiente, lo que resulta en altos costos de transporte y una limitada integración regional.
El estudio subraya que una infraestructura interconectada de transporte es esencial para promover un desarrollo equilibrado en todo el país. Fortalecer las capacidades de los gobiernos subnacionales y mejorar los mecanismos de igualación en el sistema de transferencias fiscales son medidas clave para lograr este objetivo. Además, la Ocde recomienda invertir en la modernización de la infraestructura vial y ferroviaria para reducir los costos logísticos y mejorar la eficiencia del transporte de mercancías.
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Nos muestra el estudio como nuestra inversión pública es baja de acuerdo con el porcentaje del PIB, en donde países referentes para nosotros como Perú están invirtiendo más del doble nuestro (superado solamente por Hungría), de la misma forma que citando cifras del Consejo Privado de Competitividad, una gran parte de la inversión en infraestructura está financiada por el sector privado.
La implementación de estas recomendaciones no solo mejoraría la competitividad de Colombia, sino que también contribuiría a un crecimiento económico más inclusivo y sostenible. La inversión en infraestructura es crucial para superar los desafíos actuales y aprovechar el potencial de desarrollo del país, facilitando el comercio y la integración regional.
Si olvidamos como país a donde queremos llegar y lo que implica cerrar las brechas con los países TOP de la Ocde empezamos a desdibujar cuáles son los fines de la Infraestructura y la logística.
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Entidades como el DNP y la UPIT, deben identificar esas obras claves que nos ayudarían a corto y mediano plazo a mejorar en competitividad. Nos podemos distraer fácilmente en estructurar obras como el canal interoceánico y complejos corredores férreos. Un ejemplo perfecto de esto es el tan anhelado dragado de profundización del canal de acceso a Buenaventura que todavía está esperando el Valle y el país.
Estamos hablando de menos de 1 billón de pesos, en el que no ha existido compromiso para ponernos a la altura de los puertos del pacífico de LA. Estructuramos proyectos de cientos de billones de pesos y no avanzamos con obras alcanzables que implicaría un manejo integral de los corredores logísticos.
Esperemos que prontamente retomemos la visión de la infraestructura orientada en la competitividad y reducir la brecha con los países de la Ocde. Y esto se hace invirtiendo recursos para la Obra Pública y dejando que los privados inviertan y tengan garantías para recuperar su inversión en las Asociaciones Público Privadas. Tenemos una magnífica oportunidad en los años venideros con el despegue de los proyectos 5G, el Metro de Bogotá e Iniciativas Privadas que están avanzando con Entidades Territoriales.
Y esto no son recursos que compitan con las obras sociales o que solucionen las necesidades de agua, educación, salud, etc. Sin competitividad no conseguiremos los recursos. La nada no da nada.
ÁLVARO GUTIÉRREZ
Socio Director de Almabro.