“Recuerdo cuando mi hija era una niña pequeña, de unos 5 años. Mientras ella estaba en la escuela, yo me encargaba de hacer su cama cuidadosamente antes de salir al trabajo“, relató Lewis.
Ahora, 13 años después, la madre aún realiza este gesto cada mañana, a pesar de que Gracie está en su último año de preparatoria y se prepara para ir a la universidad.
“Cada mañana, cuando ella sale para el colegio, me lanza besos desde su hombro, y yo sé que es perfectamente capaz de hacer su cama antes de salir pero no lo hace“, comentó Lewis en su relato.
La madre reflexionó sobre por qué sigue con este hábito
Lewis dijo creer que lo que la motiva a seguir con este gesto es darse cuenta de que, a medida que su hija se independiza y crece, el tiempo que pasan juntas se va reduciendo cada vez más.
“El problema es que, a medida que Gracie se acerca a la adultez, su necesidad de mí va disminuyendo. Está por terminar los exámenes SAT, tiene un novio serio, un carro y un grupo de amigas independientes. Es un recordatorio de que poco a poco se aleja de mí, avanzando hacia esa etapa para la que la he preparado”, explicó.
La joven evita hacer trabajos domésticos
En su relato, la autora también mencionó que es consciente de que su hija evita algunas tareas domésticas a propósito, como por ejemplo lavar los platos que usa, y sin embargo, ella sigue limpiando su desorden.
“Por supuesto, no soy tan ingenua como para no darme cuenta de los trucos que como adolescente ha perfeccionado para evitar las tareas del hogar. Mi hija ha cultivado una actitud de indefensión que se ha vuelto una herramienta muy útil para liberarse de cualquier tipo de trabajo doméstico”, relató Lewis.
Y continuó: “Coloca los platos y las tazas sucios cerca del lavavajillas, pero no dentro de él, como si su proximidad a la máquina significara que, mágicamente, algún arte misterioso y oscuro los fuera a lavar y secar”.
Aunque esta madre parece estar perfectamente consciente de lo que sucede dice que lo que está intentando es aprovechar al máximo los últimos meses que tiene con su hija.
“Incluso si es solo ir a comprar un café en Starbucks y cantar ‘La novicia rebelde’ a todo pulmón, aprecio cada minuto, y si eso significa tener un día de pijamas y Netflix en la cama, entonces mejor que la cama esté perfectamente tendida“, concluyó.